Un fuego que aún arde
By BISHOP BERNARD E. SHLESINGER | Published febrero 18, 2023 | Available In English
Recientemente, rendimos homenaje a las mujeres y hombres religiosos que sirven en la Arquidiócesis de Atlanta y que han hecho cosas increíbles. Por ejemplo, las Hermanas de la Misericordia abrieron el primer hospital en Atlanta en 1880, después de haber llegado con solo cinco dólares para su uso. Su legado continúa actualmente con Mercy Care, organización que asiste a los pobres y las personas sin hogar de Atlanta.
Los monjes trapenses llegaron a Conyers en 1944 y construyeron un monasterio con sus propias manos. Los Padres y hermanos maristas establecieron el Colegio Marista en 1901 y han educado a miles de estudiantes. Muchos religiosos continúan sirviendo en parroquias y de otras formas. Dedico esta columna a contar la historia de una mujer cuyo carisma ha estado presente en Atlanta desde 1939, pero que, en gran parte, continúa siendo desconocido.
Rose, la hija menor del aclamado autor estadounidense Nathaniel Hawthorne, nació en 1851. A lo largo de su vida, esta mujer sufrió una serie de tragedias, incluyendo la muerte de sus padres, la muerte de su único hijo a la edad de 5 años, la ruptura de su matrimonio debido a el alcoholismo y el comportamiento abusivo de su esposo y, finalmente, la muerte de una querida amiga a causa de un cáncer.
En el momento de la muerte de su amiga, a finales de la década de 1880, se pensaba que el cáncer era una enfermedad contagiosa. Los que contraían la enfermedad eran llevados a una casa pobre en el lado este de Manhattan en la ciudad de Nueva York donde morían solos. Rose se llenó de compasión y supo que Dios la estaba llamando a servir a los pobres con cáncer. En sus propias palabras: “Entonces se encendió un fuego en mi corazón, que aún arde. Decido dedicar todo mi ser a esforzarme por traer consuelo a los pobres con cáncer incurable”. Tomó un curso de enfermería en un hospital local y alquiló un pequeño apartamento en Manhattan para cuidar a pacientes con cáncer.
A Rose se unió una voluntaria, Alice Huber, y juntas abrieron su primer hogar gratuito en 1899 bajo el nombre de Servants of Relief for Incurable Cancer (Sirvas de Alivio para pacientes con Cáncer Incurable). El 8 de diciembre de 1900, fiesta de la Inmaculada Concepción, se vistieron con el hábito dominico como Hermana María Alfonsa (Rose) y Hermana María Rosa (Alice).
La misión de Rose fue clara: “Tomar a la clase más necesitada de la que sabemos, tanto en la pobreza como en el sufrimiento, y ponerla en tal condición que, si Nuestro Señor llamara a la puerta, no me avergonzaría de mostrar lo que he hecho. Esta es una gran esperanza”. La Madre María Alfonsa, OP, (Rose) murió el 9 de julio de 1926. Su causa de canonización continúa y cobra impulso.
El sueño de la Madre María Alfonsa hoy continúa. La orden que estableció se conoce como las Hermanas Dominicas de Hawthorne y tienen dos hogares en los Estados Unidos: Rosary Hill en Hawthorne, Nueva York, y el Hogar de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, aquí, en Atlanta, ubicado junto al estadio de fútbol de la Universidad Estatal de Georgia. Desde el momento de mi llegada a Atlanta, he celebrado la Santa Misa en este lugar con frecuencia, y he visto con mis propios ojos el amor y la dedicación de las hermanas y el personal. También he tenido el privilegio de reunirme y orar con los residentes cuando se preparan para dejar este mundo y esperan con ansias una eternidad en el otro.
Por favor, oren por la causa de canonización de la Madre María Alfonsa y por las vocaciones de su congregación.