Lecciones del Beato Carlo Acutis para los graduados
By ARZOBISPO GREGORY HARTMAYER, OFM Conv. | Published mayo 18, 2022 | Available In English
El mes de mayo, el cual ya ha comenzado, es un mes significativo en todas nuestras vidas porque está dedicado a la Santísima Virgen María. En esta etapa del año, celebramos la hermosa tradición de su coronación. Mientras coronamos a nuestra Santísima Madre, invoquemos de manera especial su intercesión como Reina de la Paz, por el fin de la guerra en Ucrania. Además, el 1 de mayo, festejamos el día de San José Obrero y buscamos su intercesión para que santifique nuestro trabajo. Mayo es también un tiempo en el cual se llevan a cabo las primeras comuniones y las confirmaciones en toda la arquidiócesis. Estos eventos son pasos importantes en el camino de la fe.
Durante este mes también honramos a nuestras queridas madres en el Día de la Madre y damos gracias a Dios por el regalo de la vida que hemos recibido a través de ellas. Por último, festejamos la graduación del bachillerato o la universidad de muchos de nuestros jóvenes. Ahora que se preparan para embarcarse en la experiencia de la universidad o el campo laboral, esta será una etapa de cambio para ellos la cual puede ser un momento emocionante de nuevos horizontes; pero, también para muchos, un período inquietante, ya que saldrán de casa por primera vez. Por eso, me dirijo a nuestros jóvenes para ofrecerles algunas palabras de consejo y aliento, y ponerles como modelo de vida cristiana al beato Carlo Acutis. Como lo dijo un escritor: “¡La generación Milenio tiene un santo!”
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, donde trabajaban sus padres. Unos meses después, la familia se mudó a Milán. Desde muy temprano, Carlo tuvo una fe profunda. Era evidente para todos que amaba a Dios y tenía una devoción especial a la Santísima Virgen. Asistía a misa tan a menudo como podía para recibir a nuestro Señor en el Santísimo Sacramento. Una vez describió su relación con la vida eucarística como la “autopista al cielo”. Su hora santa y el tiempo que pasaba rezando el rosario eran “su cita más importante del día”. Describía a la Santísima Madre como “la única mujer en su vida”, y les lanzaba besos a ella y a Jesús cada vez que pasaba por una iglesia. Iba a confesarse semanalmente. En palabras de Carlo: “Lo único que debemos temer es el pecado”. Sus padres no eran católicos practicantes. Sin embargo, su testimonio de fe condujo a una profunda conversión en su madre. Como dijo un sacerdote cercano a él: “Consiguió arrastrar a sus familiares, a sus padres, a misa todos los días”.
Estaba fascinado por los milagros eucarísticos y convenció a sus padres de llevarlo en avión a varios santuarios eucarísticos en todo el mundo. Usó sus dones como programador de computadoras para construir su propio sitio web catalogándolos y promocionándolos. Escribió sobre la importancia de la Eucaristía en la vida espiritual.
“Cuanto más a menudo recibimos la Eucaristía, más nos asemejaremos a Jesús, de modo que en esta tierra tendremos un anticipo del cielo”, dijo.
Qué gran testimonio de la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía de parte de un joven, que vestía jeans azules y Nike, y amaba jugar videojuegos, no muy diferente a muchos de nuestros jóvenes de hoy.
En su adolescencia, le diagnosticaron leucemia. Ofreció sus sufrimientos por el Papa y por la Iglesia. El 12 de octubre de 2006, Carlo perdió la batalla contra la leucemia y regresó a la casa de su Padre celestial. Fue enterrado en Asís por su amor a San Francisco. Este amor creció a medida que su familia pasaba muchas vacaciones en el pueblo del santo.
Su madre dijo: “Tenía un vínculo especial con Asís. Tenía a Asís en su corazón. Decía que era la ciudad donde se sentía más feliz”.
En sus cortos 15 años de vida, Carlo logró mucho. Su fe fue su ancla y acercó a muchas personas a Dios, incluyendo a sus propios padres por el testimonio de su vida. San Francisco de Asís les dijo a sus hermanos que predicaran el Evangelio y usaran palabras si fuera necesario. El ejemplo de una vida cristiana fiel inspira más que palabras. Carlo, el santo milenario y Francisco, el “Pobre de Asís”, tenían mucho en común. Carlo fue beatificado en 2020.
El ensayista estadounidense Ralph Waldo Emerson escribió: “Nuestro principal deseo es alguien que nos inspire a ser lo que podríamos ser”.
Todos necesitamos héroes en la vida; héroes no solo para inspirarnos sino también para desafiarnos a vivir nuestra fe. Sabemos lo que tenemos que hacer en la vida, pero necesitamos estar inspirados. Animo a todos nuestros estudiantes que se están graduando, a que se dejen guiar por su fe como el Beato Carlo Acutis. Manténganse cerca de nuestro Señor orando diariamente, especialmente ante el Santísimo Sacramento. Recíbanlo tantas veces como puedan en la sagrada Comunión para que su fe se fortalezca. Hagan suya la oración de Carlo: “¡Jesús, entra! ¡Siéntete como en casa!”
Sabemos que no somos perfectos. Mientras nos esforzamos por vivir una vida fiel, caemos en el pecado. Sin embargo, la buena noticia es que nos reconciliamos con Dios y mutuamente a través del sacramento de la reconciliación.
El Papa Francisco dijo: “Les pregunto: ¿alguna vez han pensado que cada vez que vamos al confesionario hay alegría y fiesta en el cielo? ¿Han pensado esto? ¡Es hermoso!… Esto nos infunde gran esperanza porque no hay pecado en el que hayamos caído del cual, con la gracia de Dios, no podemos renacer; no hay una persona irrecuperable: ¡nadie es irrecuperable! Porque Dios no deja jamás de querer nuestro bien, ¡aun cuando pecamos! ¿Que podría ser más hermoso?
Para ser santo, dijo Carlo, es necesario amar. Y Carlo amaba.
“Todo pasa… lo único que nos hará verdaderamente hermosos a los ojos de Dios es la forma en que lo hemos amado a él y a nuestro prójimo”, indicó.
En su homilía de la misa de beatificación en 2020, el Cardenal Agostino Vallini dijo que la beatificación de Carlo “en la tierra de Francisco de Asís es una buena noticia, un anuncio fuerte de que un joven de nuestro tiempo, uno como muchos, ha sido conquistado por Cristo y se ha convertido en un faro luminoso para quienes quieren conocerlo y seguir su ejemplo… Dio testimonio de que la fe no nos aleja de la vida, sino que nos sumerge profundamente en ella, indicándonos el camino concreto para vivir la alegría del Evangelio”. Por último, el cardenal dijo, “Depende de nosotros seguirlo, atraídos por la fascinante experiencia del Beato Carlo, para que nuestra vida pueda también brillar de luz y de esperanza”.
Deseo que Dios bendiga a todos nuestros graduados en el camino que emprenderán, y rezo para que no solo el Beato Carlo Acutis interceda por ellos, sino que los inspire en las vidas que tendrán.
Los dejo con una cita final para reflexionar: “Cuando nos ponemos de cara al sol nos bronceamos… pero cuando estamos delante de Jesús en la Eucaristía nos hacemos santos”.
¡Que el Señor les brinde su paz!