El primer Encuentro Nacional Hispano que tuvo lugar en 1972 en Washington, D.C. fue una iniciativa bastante modesta en comparación con el Quinto Encuentro Nacional que se llevará a cabo en los próximos días en la Diócesis de Fort Worth, Texas. Las primeras tres reuniones nacionales de este tipo se realizaron en Washington, y la cuarta, el Encuentro 2000, en Los Ángeles.

Claramente, la importancia de estos encuentros ha aumentado, al igual que la vitalidad y la prominencia de la comunidad hispana dentro de la vida de la Iglesia en los Estados Unidos. Miles de personas, hispanas y no hispanas, se reunirán en Grapevine, Texas, para dar gracias a Dios por los múltiples dones que nuestros hermanos y hermanas hispanos comparten tan generosamente con la Iglesia en esta nación.

Me complace ser uno de quienes participarán en el V Encuentro, junto con las dos docenas de delegados que asistirán de la Arquidiócesis de Atlanta. Personalmente recuerdo el ambiente festivo del Encuentro 2000 en L.A., donde los delegados fueron recibidos cálidamente por esa comunidad eclesial y todos escuchamos atentamente la visión pastoral de nuestros miembros latinos.

A medida que estas conferencias nacionales han ido creciendo, nos recuerdan a todos que la Iglesia en los Estados Unidos ha sido bendecida inmensamente con la fe, las culturas, las esperanzas y los sueños de todos aquellos que afirman tener un origen hispano y desean compartir sus magníficos legados con nosotros.

Construyendo sobre los encuentros anteriores e incorporando las experiencias de la gente hispana a lo largo de nuestra nación, aquellos que asistirán al Quinto Encuentro ciertamente esperan revitalizar la vida de la Iglesia en nuestro país. En la Arquidiócesis de Atlanta, hemos sido bendecidos por la vida y la fe de nuestras hermanas y hermanos hispanos que están presentes en los 69 condados del norte y centro de Georgia. Ellos no solo contribuyen a nuestra creciente población, sino que también nos brindan una visión innovadora y pujante de la presencia del Señor en su Iglesia. Su vida devocional, su vida familiar y su profunda fe católica nos hacen a todos una Iglesia mucho más vibrante.

Cada comunidad que hace parte de esta Iglesia local tiene regalos que ofrecer, y cada una lo hace voluntaria y generosamente todos los días. Eventos nacionales como el Encuentro, los Días Marianos Vietnamitas y los Congresos Nacionales de Católicos Negros son ocasiones en las que diferentes grupos de personas se reúnen para reflexionar sobre su identidad única, celebrar su cultura y motivarse orgullosamente a compartir su patrimonio con toda la Iglesia.

Estos son siempre momentos de alegría para las diversas comunidades que participan en estas actividades especiales.

El V Encuentro brinda una oportunidad de considerar cómo promover más efectivamente las vocaciones a la vida clerical y religiosa y la necesidad continua de esfuerzos de evangelización. Los participantes discutirán el desarrollo del liderazgo local, las respuestas efectivas a los muchos desafíos sociales que enfrenta la comunidad hispana, el fortalecimiento de la vida familiar y las múltiples formas en que esta comunidad contribuye a las iglesias locales en los Estados Unidos de América.

Nuestros delegados participarán en talleres e intercambios de pequeños grupos, para poder traer con suerte recomendaciones y estrategias que fortalezcan a esta Iglesia local.

Por favor mantengan el éxito del V Encuentro en sus oraciones.