Agradeciendo a quienes sirven en la vida consagrada
By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY, Commentary | Published diciembre 10, 2015 | Available In English
En la Arquidiócesis de Atlanta somos muy afortunados de tener un número creciente de mujeres y hombres religiosos— ¡pero todavía estamos dispuestos a recibir muchos más!
Los Dominicos regresaron a esta Iglesia local hace varios años. El número de Jesuitas está aumentando en Cristo Rey Atlanta Jesuit High School, y pronto vendrán otros a servir a la parroquia de St. Thomas More en Decatur.
Cada año, la hermana Margaret McAnoy, IHM, nuestra Vicaria para Religiosos, intenta hacer un seguimiento de las mujeres y hombres religiosos que abandonan la Arquidiócesis de Atlanta, así como de aquellos que se unen a nosotros en este ministerio. Algunos de estos religiosos provienen de países diferentes como México, Corea, Vietnam y Nigeria, por mencionar algunos lugares. A ellos se suman las maravillosas hermanas americanas, algunas de las cuales han servido en la Arquidiócesis de Atlanta durante décadas. En cada caso, estos hombres y mujeres enriquecen a esta Iglesia local sirviendo al Evangelio de Cristo con su carisma y energía apostólica.
Nos estamos acercando al final del Año de la Vida Consagrada en donde toda la familia de la Iglesia alaba y agradece a Dios por aquellos que viven los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia) como un testimonio público de Cristo.
El otro día mientras estaba en Roma, Italia, me topé con un par de hermanas Dominicas de Nashville y les expresé mi inmenso aprecio hacia sus colegas que sirven en nuestra escuela local parroquial de St. Catherine of Siena. Estas dos monjas estaban acompañadas por dos jóvenes que parecían muy apegadas a ellas. Les pregunté si estaban pensando entrar en el convento—ellas solo sonrieron. ¡Tomé eso como un sí! ¿Cómo estaría de debilitada la Iglesia sino fuera por el testimonio de fe proporcionado por aquellos que llevan una vida consagrada?
Muchos de nosotros venimos de otras partes del país— y el mundo— donde probablemente hemos podido apreciar profundamente los recuerdos de hermanas, hermanos y sacerdotes que fueron esenciales en el desarrollo de nuestra fe. Desafortunadamente, en muchos lugares el número de religiosos ha disminuido significativamente. Por otra parte, el número de religiosos ha aumentado en otras partes, y algunos de esos religiosos ahora proporcionan una presencia misionera en la Arquidiócesis de Atlanta, por lo cual estamos profundamente agradecidos.
Pronto realizaremos la colecta anual para Religiosos Retirados en nuestro país. El espíritu de gratitud que llena muchos de nuestros corazones por el papel que los religiosos han desempeñado en nuestras vidas, nos impulsa a ser generosos con esta colecta en particular, la cual se preocupa por los muchos hombres y mujeres jubilados que han servido tan generosamente a la Iglesia.
La semana pasada, tuve mi encuentro anual con los líderes religiosos de la Arquidiócesis de Atlanta. Este fue una oportunidad para que yo escuchara sobre su variado servicio ministerial aquí en el norte y centro de Georgia, y para agradecerles en el nombre de ustedes y el mío por el gran patrimonio que ellos y sus predecesores han aportado a esta Iglesia local.
Cada Iglesia local que tiene la fortuna de contar con mujeres y hombres religiosos, en verdad está bendecida. Aquí en la Arquidiócesis de Atlanta damos gracias a Dios por aquellos que han servido y que continúan enriqueciendo nuestras vidas.