Las misas de dedicación marcan nuestro constante crecimiento en la fe
By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY, Commentary | Published septiembre 4, 2015 | Available In English
Ya para el final de una espléndida misa de dedicación del increíblemente hermoso y nuevo santuario de St. Michael the Archangel en Woodstock el pasado sábado por la tarde, el padre Paul Flood me susurró: “¿Cuántas de estas misas has hecho?” Esta fue una excelente pregunta que me puso a reflexionar la semana pasada, especialmente porque ya había celebrado la dedicación de la recién y bellamente renovada iglesia de St. Andrew con su orgulloso y nuevo campanario el 27 de agosto y previamente ese mismo día, había participado en la ceremonia de inauguración para la nueva edificación en la parroquia y escuela de St. John the Evangelist en Hapeville.
La Arquidiócesis está creciendo y ese crecimiento se ve claramente reflejado en la renovación de muchas de nuestras iglesias y en la construcción de nuevas iglesias e instalaciones parroquiales en todo el territorio de la Arquidiócesis de Atlanta. Este crecimiento es el resultado de la extraordinaria generosidad y profunda fe de nuestro pueblo, incluso durante momentos de crisis financiera — y es una confirmación de la devoción de los sacerdotes, diáconos y empleados laicos que le sirven.
Las personas de St. Andrew y St. Michael estaban rebosantes de alegría y orgullo por los logros que habían alcanzado, y con razón, después de haber trabajado tanto tiempo para verlos completados. La comunidad escolar y la familia de la parroquia de St. John the Evangelist estaban muy contentos de saber que la muy necesitada instalación muy pronto enriquecería sus servicios y desarrollo como una familia de fe. Estos eventos son momentos muy felices para las personas de nuestras parroquias y para mí personalmente, al saber que nuestra gente está tan dedicada al crecimiento de sus parroquias y escuelas.
Después de la ceremonia de dedicación del sábado en Woodstock, dos jóvenes gemelos —que yo había confirmado hace un par de años — se me acercaron y preguntaron si sería posible que yo enviara una carta de recomendación en su nombre a Boston College donde están aplicando para el otoño. Yo accedí felizmente a hacerlo porque estos jóvenes están activamente comprometidos en su parroquia y son muy entusiastas en relación a su fe. Ellos se sintieron con la suficiente confianza para acercarse a su arzobispo y recordar algunos de los momentos felices de su confirmación.
No sabría decirles ahora mismo cuál de estos dos eventos fue más gratificante para mí —si la bendición de la nueva iglesia o el encuentro con estos dos jóvenes. Ambos significaron mucho para mí y confirmaron mi percepción del crecimiento de esta parroquia y el desarrollo de la fe en las vidas de estos dos jóvenes, quienes claramente se sienten conectados con la Iglesia ya que manifestaron que es por eso que quieren una experiencia universitaria católica. Eso dice mucho sobre el desarrollo del catolicismo en el sur.
Las edificaciones son importantes — vitales y siempre necesarias para el crecimiento y desarrollo de la Iglesia —pero el futuro de la fe descansa en nuestros jóvenes, y cuando ellos quieren comprometer a la Iglesia en su desarrollo, eso dice mucho de la esperanza que nuestra fe debe tener en su futuro. Gustoso escribiré una cálida y entusiasta carta de recomendación para estos jóvenes a medida que me deleito con lo que ellos ofrecerán a nuestra Iglesia en el futuro. Independientemente de que sean o no admitidos en Boston College, su entusiasmo por su fe católica fue tan glorioso para mí como lo es la belleza de la nueva iglesia de Woodstock.
Así que mi última respuesta a la pregunta del padre Flood sobre “¿cuántas de estas misas has hecho?” tendría que ser “¡no las suficientes!”.