La Iglesia local refleja un crecimiento mundial
By ARCHBISHOP WILTON D. GREGORY, Commentary | Published agosto 20, 2015 | Available In English
Durante las últimas semanas, varios medios de comunicación han volcado su atención a nuestro crecimiento rápido y expansivo. Nuestro Plan Pastoral está diseñado para ayudarnos a resolver algunos de los retos que acarrean el crecimiento y expansión de la presencia católica en el norte y centro de Georgia. Como usted quizá haya leído, el sur de Estados Unidos en general está experimentando un crecimiento significativo entre los católicos. Una bendición que nos complace enfrentar, pero como cualquier bendición, también presenta retos a medida que intentamos brindar espacio para el culto, clero y servicios para este explosivo número de católicos.
La semana pasada, recibí una copia del último reporte del Centro para la Investigación Aplicada en el Apostolado (CARA por sus siglas en inglés), vol. 21 no. 1, el cual me proporcionó algunos datos demográficos interesantes sobre el número de católicos en todo el mundo y en aquellos lugares donde está ocurriendo ahora un crecimiento significativo. Mientras que Europa y América Latina siguen siendo los núcleos de población más grandes para el catolicismo, África, Asia y Oceanía están presentando el mayor desarrollo y crecimiento numérico. Desde 1980, África ha experimentado un aumento de casi un cuádruple en su número de católicos, y Asia y Oceanía, casi lo han duplicado.
El Espíritu Santo está claramente trabajando en el éxito de la evangelización de esas regiones. Pero al igual que la Arquidiócesis de Atlanta, el incremento en el número de católicos en esos lugares está creando una tensión en el número de clérigos y religiosos disponibles para servirles, así como en las instalaciones accesibles para darles la bienvenida. El Papa Francisco ha llamado repetidamente a la Iglesia a hacer espacio a todos sus hijos — a abrir ampliamente las puertas de la Iglesia a todo el mundo.
Recientemente experimenté personalmente cómo el crecimiento de la Iglesia en el norte de Georgia refleja el mismo incremento que se ha visto en el resto del mundo. El sábado por la mañana ofrecí la misa de las 8:10 a.m. en la Catedral con una congregación más grande de lo normal en ocasión de la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen — incluyendo un par de señores cuyo atuendo sugería que planeaban dirigirse al campo de golf al final de la misa después de haber honrado a María en su fiesta. Ya entrada la tarde me uní a la comunidad hindú que se reunió en la parroquia de St. Patrick para celebrar el 69 aniversario de su independencia nacional el 15 de agosto, que también coincide con la fiesta solemne de la Asunción de María. (La comunidad paquistaní había celebrado su independencia el día anterior, el 14 de agosto). El evento reunió a un conjunto maravilloso de personas del sur de la India para celebrar juntos la riqueza de su cultura y amistad.
St. Patrick es una comunidad en Norcross con una larga tradición establecida de reunir a la gente en oración y compañerismo. Los Salesianos fueron los sacerdotes fundadores que ayudaron a establecer esa parroquia, y su presencia en la celebración y sus continuos ministerios en la arquidiócesis todavía están gratamente reflejados en el patrimonio de esta parroquia y un sin número de otras parroquias locales. Las Misioneras de la Caridad se unieron a nosotros para la celebración, trayendo consigo un recordatorio visible del fervor misionero de la Madre Teresa de Calcuta en el pueblo de la India y en la Arquidiócesis de Atlanta.
El domingo, tuve el privilegio de celebrar la ceremonia de instalación del Padre John Howren como el nuevo párroco de la parroquia de St. Lawrence en Lawrenceville. Esa maravillosa y diversa comunidad puso todo su esfuerzo para darle la bienvenida al padre Howren uniendo a los feligreses anglos, hispanos, pan-africanos y haitianos en un ambiente festivo y musical. La misa fue simplemente espléndida y reflejó tanto la calidez como la unidad de la parroquia—dejó ver lo mejor de la Iglesia.
Nuestra Iglesia Católica es verdaderamente universal y su actual crecimiento se refleja en esa realidad en maneras que nos enriquecen a todos. Ella continúa el desarrollo apostólico que comenzó en Pentecostés y que ha continuado a lo largo de los años a medida que las culturas y pueblos han sido bienvenidos y honrados en el seno de la Iglesia. Nosotros aquí en la arquidiócesis somos los beneficiarios del crecimiento que es tanto universal como local— ¡alabado sea Dios!