La generación del milenio quiere vincular abiertamente la fe a sus lugares de trabajo
Published marzo 20, 2014 | Available In English
Probablemente debí haberme dado cuenta de que estaba entrando en un nuevo ambiente al llegar y ser recibido rápidamente por un participante, quien me contó con entusiasmo sobre la nueva aplicación de Christ the King e inmediatamente después, la descargó en mi iPhone. El mundo de los jóvenes adultos, muchos de ellos a quienes se refieren frecuentemente como la generación del milenio, ha estado dominado desde sus infancias por la tecnología que muchos de mis compañeros baby boomers parecen estar siempre tratando de alcanzar. Hace varios meses, acepté una amable invitación del CTK Believers. Éste es un grupo de jóvenes profesionales de negocios que se reúnen el segundo martes de cada mes para escuchar una serie de charlas de reflexión sobre cómo vincular la fe en el día a día de su trabajo. Me sentí halagado de haber sido invitado a ofrecer una presentación sobre los desafíos a los que me enfrento al ser el pastor y la cabeza de la Arquidiócesis de Atlanta.
Me impresionó la energía, la alegría y la calidad del debate que tuvo lugar durante esa corta hora de discusión. Contamos con algunos jóvenes adultos extraordinariamente maravillosos que son muy serios sobre su fe y están ansiosos de vincularla abiertamente a sus lugares de trabajo. Son jóvenes solteros, casados y comprometidos con un alma generosa y un talento excepcional.
Ellos representan una parte sumamente importante de nuestros fieles a la que simplemente debemos servir e involucrar con más eficacia. Actualmente están comenzando o pronto estarán comenzando a formar las familias que serán el futuro de la Iglesia, e indudablemente quieren transmitir su fe a la próxima generación.
Debemos escucharlos y aprender de ellos—como lo hice esa mañana. Hablaron sobre su deseo de ser gente de fe dentro de un ambiente secular que no sólo muchas veces rechaza las creencias religiosas tradicionales como anacronismos de otra época, sino que incluso las considera obstáculos para el progreso.
Estos jóvenes no se definen a sí mismos como “personas espirituales pero no religiosas”. El CTK Believers es un grupo ecuménico en donde jóvenes adultos comparten los retos de vivir de acuerdo a sus firmes creencias religiosas.
Estos jóvenes adultos respetan, admiran y disfrutan de la compañía de sus colegas y no desean ser percibidos como demasiado agresivos, pero quieren ser reconocidos como personas que tienen fuertes convicciones religiosas y viven de acuerdo a ellas. Es un equilibrio delicado y gran parte de la conversación giró en torno a cómo estos jóvenes pueden identificarse como creyentes en un ambiente a menudo hostil que es también fundamentalmente indiferente.
Éste es el desafío obvio que enfrenta la evangelización en nuestra época. Nuestra sociedad quisiera relegar las creencias religiosas, las prácticas, y su influencia, estrictamente a nuestras vidas privadas —“Cree en lo que quieras, pero guárdatelo para ti mismo.”
Los estadounidenses generalmente no vivimos en una época de martirio público, pero vivimos un ambiente de indiferencia hacia las prácticas religiosas. Y metiéndose lentamente en nuestra cultura se encuentra el desmantelamiento progresivo de las protecciones a las prácticas y costumbres religiosas. Por lo tanto, estuve encantado de conocer a estos jóvenes adultos que asumen su fe seriamente y no están dispuestos a permanecer callados en el ámbito público.
Ni el clero ni los religiosos posiblemente podemos alcanzar lo que ellos pueden lograr en sus lugares de trabajo, pero lo que sí podemos hacer por ellos es animarlos en su resolución de ser personas de fe firme en un mundo altamente secular. ¡Me alegró poderlo haber hecho la semana pasada y los invito a todos a que oremos por su éxito y por su triunfo!