Lo Que He Visto Y He Oído (2 Septiembre 2010)
Published septiembre 2, 2010 | Available In English
Este verano hubo tres celebraciones especiales en mi calendario, todas en honor de mujeres religiosas que trabajan en la Arquidiócesis de Atlanta, y tuvimos la oportunidad de expresarles nuestro agradecimiento.
El 12 de agosto celebré misa con las Hermanas de la Visitación en Snellville; cumplían 400 años desde que Santa Juana Francisca de Chantal fundara la orden. Tuvimos la gracia de haber tenido a algunas de sus hijas como residentes en la Iglesia regional durante los últimos 56 años; llegaron aquí aún antes de que se estableciera la Diócesis de Atlanta.
Las Hermanas de la Visitación están dedicadas al ministerio de la oración; son una comunidad de clausura. Dentro de los confines de ese monasterio oran por la Arquidiócesis de Atlanta y por las necesidades de toda la gente que pide por sus oraciones. La lista es más larga de lo que me pueda imaginar. Durante mi visita, fue formalmente presentado a los residentes más nuevos: dos grandes pirineos llamados Pedro y Pablo. Estos dos perros no son exactamente miembros de la comunidad pero sin duda brindan mucha alegría a las hermanas y por lo general sorprenden mucho a los se los cruzan en el camino.
El miércoles 1 de septiembre celebré misa de acción de gracias para el ministerio de las Monjas Grises del Sagrado Corazón en la Arquidiócesis de Atlanta. Estas mujeres maravillosas han servido a la Iglesia regional por más de 73 años. Son tantos los recuerdos del cuidado que han brindado a la gente, en especial a los alumnos de nuestras escuelas católicas que valoramos cada vez que pensamos en las Monjas Grises.
Estas religiosas, imitando a su fundadora Santa Margarita d’Youville, también se han ocupado de las necesidades de los parias y marginados sociales. Desde que se fundó en el Canadá, esta congregación se ha identificado con el bienestar de los pobres y de aquellos cuyas voces pasan generalmente desapercibidas en la sociedad. Las Monjas Grises dejarán la Arquidiócesis de Atlanta y yo les quiero garantizar dos cosas: estamos sumamente agradecidos por todos los años de servicio que dejan como legado aquí en el norte de Georgia y no permitiremos que se alejen de nuestros corazones. Valoramos a toda la comunidad y nuestra parroquia St. Marguerite d’Youville permanecerá como un recuerdo físico de su bendita presencia en esta comunidad.
Y por último, el sábado celebré misa con las Misioneras de la Caridad en el hogar para mujeres Gift of Grace House. Se cumplían 100 años del nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, su fundadora. Gracias al reconocimiento mundial de la Madre Teresa, sabemos que las hermanas siguen los pasos una santa contemporánea. Trabajan silenciosamente con aquellos cuyas vidas han sido devastadas por el VIH/SIDA. Una vez más, en el corazón de la ciudad de Atlanta, el Evangelio cobra vida con el cuidado compasivo que brindan estas increíbles religiosas al más pequeño de sus hermanos.
En cada una de estas celebraciones alabé a Dios por el carisma de las fundadoras de estas tres comunidades de hermanas. El mundo ha cambiado para mejor gracias a la fe y al servicio de las hijas de Juana Francisca de Chantal, Margarita d’Youville, y Teresa de Calcuta. Y somos una Iglesia más fuerte porque esas hijas han vivido entre nosotros. ¡Muchas gracias, hermanas!