Lo Que He Visto Y He Oído (04 Marzo 2010)
Published marzo 4, 2010 | Available In English
El año pasado, al iniciarse el Adviento, el Arzobispo Timothy Dolan me escribió pidiéndome que prestara apoyo y publicidad visible para la obra increíble de la organización católica de ayuda Catholic Relief Services. Esta organización actúa como el ministerio internacional de extensión por excelencia de la Iglesia Católica de los Estados Unidos que ayuda a las personas necesitadas y a los que sufren en más de 100 países del mundo. El Arzobispo Dolan se desempeña como Presidente de la Junta de Directores de Catholic Relief Services (CRS por sus siglas en inglés).
Casualmente durante el Adviento, yo había programado un encuentro con Jim Lund, un amigo de Chicago que ahora forma parte del personal nacional de CRS, y con representantes locales aquí en la arquidiócesis de Atlanta que también me pidieron que hiciera exactamente lo mismo. Luego ocurrió el terremoto en Haití y el trabajo de CRS fue claramente visible para todos los que vieron su presencia y su efectividad en responder a este desastre específico.
La respuesta generosa de nuestra propia gente a esta tragedia fue extraordinaria. Una vez que se hallan contado finalmente todos los fondos recaudados, la Arquidiócesis de Atlanta habrá contribuido más de $1 millón de dólares a esta causa de ayuda. Estoy sumamente agradecido por la bondad de nuestra gente; sé que hablo en nombre de los cientos de miles de víctimas, sus familias, y la comunidad haitiana en los Estados Unidos. La inmensa mayoría de los fondos recaudados fueron enviados a CRS; allí los han utilizado y seguirán utilizándolos para avanzar su trabajo de ayuda y reconstrucción de esas comunidades desbastadas.
CRS no es la única agencia que recibió el apoyo generoso de nuestra gente y ciertamente no es la única organización de auxilio para casos de desastres naturales que respondió a las necesidades del pueblo de Haití. Sin embargo, el inmenso respecto del que goza el trabajo de CRS le permitió a la organización tomar un papel líder en este importante esfuerzo vital. CRS ha mantenido su presencia misma en Haití por más de 55 años debido a que esta nación en particular ha padecido muchas otras tragedias. Su presencia permanente allí fue prevista hace varias décadas atrás como la forma apropiada de hacer frente a la pobreza y a los frecuentes desastres naturales que siguen acosando a la comunidad haitiana.
CRS se encuentra en todos los continentes y goza de la confianza de la gente, gobiernos y organizaciones multinacionales de todo el mundo. CRS asiste a todas las personas indiferentemente de sus tradiciones religiosas, culturales, u origen étnico. CRS trabaja con las agencias de gobierno que no tienen la capacidad para distribuir la ayuda que han destinado para las personas necesitadas.
CRS es el rostro y las manos de Cristo para cientos de miles de personas en todo el globo. El trabajo de CRS se realiza siguiendo los principios más altos de nuestra fe. No buscamos conversos como condición o expectativa para ofrecer nuestros cuidados. CRS es simplemente la respuesta de la Iglesia de los Estados Unidos a las necesidades de los pobres en el mundo. Durante el reciente Sínodo de los Obispos para África, CRS fue nombrada frecuentemente como el amor visible de la Iglesia Católica de los Estados Unidos hacia nuestros hermanos y hermanas africanos que se benefician de forma directa de la obra de CRS.
Dentro de unas pocas semanas se realizará la colecta nacional para CRS en las parroquias. Aunque nuestra respuesta por el terremoto de Haití fue una expresión extraordinaria de la bondad de nuestra gente, vamos a recurrir a ustedes una vez más para ayudar a la obra actual de CRS. Sólo piensen en esas imágenes de los trabajadores de apoyo en Haití y los rostros agradecidos de la gente y luego traten de ver esas mismas imágenes en gente de Asia, Europa, América Latina y África, y verán por qué CRS es una fuente tan importante de ayuda para tanta gente necesitada en todo el mundo.