Aunque las personas se casan todos los días y se ordenan sacerdotes durante todo el año, parece que en esta época del año hay una exorbitancia de aniversarios de bodas y de ordenaciones sacerdotales. La primavera es una época en que las parejas casadas y los sacerdotes hacen una pausa y dan gracias por los años que llevan vividos en la gracia de sus promesas sacramentales.

Los maridos, las esposas, y los sacerdotes sabios admitirán que el verdadero honor le pertenece a Dios, quien es realmente fiel y da sostén a sus vidas.

En realidad, los aniversarios son la ocasión para alabar a Dios por su fidelidad. No importa cuántos años se lleve viviendo en el sacramento del Matrimonio o del Orden Sagrado; lo hemos podido lograr únicamente por y con la gracia de Dios.

Algunos aniversarios son momentáneos porque marcan un número específico de tiempo en que las bendiciones de Dios han llenado nuestras vidas. Los 25, 40, 50, 60 aniversario de bodas, o los poco comunes 75 años que sólo lo logran los que son verdaderamente fuertes, son momentos en que deberíamos reunirnos con amigos, familiares, vecinos y colegas para proclamar juntos: ¡Realmente qué bueno ha sido el Señor conmigo…, con nosotros! Pero, en realidad, Dios es siempre fiel con todos nosotros indistintamente del aniversario que celebremos en un año determinado.

Este jueves oficiaré una misa especial de aniversario para los sacerdotes de nuestra arquidiócesis que festejan una de estas celebraciones especiales. Estarán acompañados por muchos de sus compañeros sacerdotes cuyos aniversarios en particular no se consideran generalmente dignos de festejo, pero que quieren apoyar a nuestros hermanos que este año están celebrando de una manera especial.

Muchas de las parejas casadas vinieron el otoño pasado a la Parroquia St. Brigid para celebrar sus 50 ó 60 aniversarios de bodas. Fue un momento glorioso para ellos y para sus familias mientras se regocijaban y expresaban alabanzas por toda una vida de bendiciones.

Muchas otras parejas casadas festejarán sus 25 ó 40 aniversarios de bodas en esta época del año, y también se reunirán con familiares e hijos para dar gracias por las bendiciones recibidas en su matrimonio y su familia. Cada año es una gracia, y puesto que muchas parejas optan por casarse en junio, en este mes habrá muchas celebraciones que resonarán con alegría y felicidad en esta iglesia regional. Mis felicitaciones a todas las parejas y a sus familias que festejan su aniversario durante esta época de felicidad.

Las parejas casadas proporcionan un maravilloso símbolo de aliento para la gente joven que con frecuencia sólo ve las promesas rotas que proclaman las noticias de Hollywood y de Internet. Nuestros jovencitos necesitan ejemplos que los estimulen a creer que realmente es posible hacer promesas de matrimonio duraderas y de amor, y que la vida del sacramento del matrimonio brinda mucha alegría, realización personal, y felicidad. Todas las parejas casadas que festejan su aniversario en seguida reconocerán que han pasado por muchas luchas y desafíos. Sin embargo, con la gracia de Dios, y con paciencia y con el amor que se tienen, están mucho más felices juntos de lo que podrían estarlo por sí solos. Declaran a toda la Iglesia que el matrimonio en Cristo es posible y a la vez vigorizante.

Las parejas casadas y los sacerdotes que festejan un aniversario en esta época del año ofrecen un maravilloso testimonio en conjunto sobre nuestra capacidad de vivir las promesas que hacemos de jóvenes con la gracia de Dios, un mensaje que todos necesitamos escuchar con más frecuencia. Mis felicitaciones a todas las personas que están celebrando un momento especial en esta época del año. ¡Ojalá que el Señor continúe siendo bueno con cada uno de vosotros y también con todos nosotros a través de vosotros!