Lo Que He Visto Y He Oído (22 Enero 2009)
Published enero 22, 2009 | Available In English
A menudo siento que esta época del año es un tríptico para los católicos del norte de Georgia pues, a mediados de enero, se celebran sucesivamente tres momentos diferentes que están relacionados temáticamente. Honramos la memoria y el legado del Dr. Martin Luther King Jr. Se cumple el aniversario de la decisión de la Corte Suprema de Justicia Roe contra Wade. Y nos unimos a las iglesias cristianas de todo el mundo en guardar la Octava de oración por la unidad cristiana. Todas estas celebraciones son diferentes, pero de alguna manera cada una de ellas afecta a las otras tanto en el calendario como en nuestra práctica de las mismas. Cada una nos recuerda de una tarea incompleta que nos queda por delante.
El día de conmemoración del Dr. King nos impulsa a estar alertas y tener esperanza para trabajar por la armonía de las razas. Hemos progresado mucho, pero evidentemente todavía no nos encontramos en el momento de la historia humana en que no necesitamos preocuparnos más por las divisiones que aún nos separan en grupos raciales y étnicos que compiten entre ellos. La inauguración de este año celebra el progreso, pero no marca el final del viaje que debemos seguir en busca de aquella sociedad donde las diferencias raciales se consideran bendiciones en lugar de barreras. Nos regocijamos con el progreso que hemos logrado pero también debemos comprometernos nuevamente a continuar el viaje.
El panel del tríptico que describe el respeto por toda vida humana debe remarcar la lucha continua, que ya lleva 36 años, por proteger y respetar esa vida, principalmente la vida de los que están esperando nacer. Este panel del tríptico se ha vuelto mucho más complejo porque a la amenaza a la vida humana ahora se le suma el trabajo sobre investigación en biogenética y los avances médicos que se anticipan—si tan solo abandonamos nuestros principios morales para permitir que se haga investigación que destruye la vida humana con el fin de mejorarla. Las promesas sutiles de los avances sugieren que el resultado final justifica perfectamente los medios inmorales utilizados para lograr los objetivos. Se debe prestar especial atención a este panel del tríptico porque el tema de la dignidad humana y los avances médicos fácilmente pueden inducirnos a pensar que hay momentos en que la vida no es un don precioso e inviolable de Dios.
El último panel está dedicado al desafío del diálogo ecuménico. Las divisiones que separan a las iglesias cristianas han existido por muchos siglos. En este panel el esfuerzo por buscar la unidad de los cristianos, por la cual oró el mismo Cristo, se encuentra en peligro. Algunos sugieren ahora que las iglesias mismas son la causa del problema. Hay gente que propone una cristiandad posreligiosa por la cual nuestra identidad eclesiástica se deja de lado como un aspecto no pertinente. Me parece a mí que esto incurre en una petición de principio y lleva a lo que el Papa Benedicto XVI llama ‘la tiranía del relativismo’. Las distinciones teológicas y eclesiásticas son reales, y el verdadero ecumenismo no las descarta ni ignora; trata de encontrar formas para que los cristianos trabajen juntos en áreas donde hay una visión común, y explora maneras de resolver las diferencias que todavía nos separan. Al igual que en los otros paneles de este tríptico, hay progresos que han de celebrarse y desafíos por delante. Los trípticos son por lo general sobre temas religiosos. Cada uno de estos tres paneles que celebramos es espiritual y pertenece a nuestra fe católica. Nos reclaman nuestras oraciones fervientes para que con el tiempo encontremos la solución final que Dios mismo nos tiene guardada.