Lo Que He Visto Y He Oído (1 Enero 2009)
Published enero 1, 2009 | Available In English
Estos temas nostálgicos y de reflexión llenan el momento de transición. Como somos personas de fe confío en que esas reflexiones incluirán forzosamente los cambios ocurridos en nuestra relación con el Señor Jesús y con su iglesia. Nuestra relación con Cristo por lo general se trasmite a través de nuestra relación con su pueblo.
Rezo por ocho jóvenes de esta iglesia regional, para que su nueva identidad como sacerdotes del pueblo de Dios haya sido el momento de transición más importante de sus vidas durante 2008. También rezo por otros 20 hombres y por sus familias, para que su nuevo servicio en calidad de diáconos también haya sido un momento que impactó sus vidas.
Al finalizar la misa de la vigilia navideña me encontré con una joven pareja. Yo había sido testigo de su sacramento matrimonial, y por el resplandor de su felicidad, el día de su boda había sido para ellos el momento crucial de 2008. También están todos los jovencitos que por primera vez se acercaron a la Mesa del Señor y vivieron la misericordia de Cristo en el sacramento de la Reconciliación; espero que estén profundamente agradecidos por esos momentos.
La gente de la parroquia Christ the King sin duda recordará el 30 de octubre como un momento increíblemente doloroso en la historia de su parroquia cuando el Señor Jesús repentinamente convocó a Mons. Tom Kenny a su lado. Rezo para que esta misma familia reciba la llegada del Padre Frank McNamee como un acontecimiento memorable del año 2009.
Lo mismo ocurre con todas las parroquias que han sufrido la pérdida de sacerdotes conocidos y queridos, y ahora esperan ansiosamente recibir a los nuevos sacerdotes. Las pérdidas y las bienvenidas son momentos que se vivieron en muchas de nuestras comunidades de fe. Las familias que afrontaron la muerte o la enfermedad de seres queridos en 2008 siempre recordarán esos momentos de dolor y de confianza en la providencia del Señor.
Tomamos muy en serio nuestra relación con los demás, y estas relaciones nos recuerdan que todos pertenecemos al Señor y que pertenecemos unos a otros. Volando a Chicago el día de Navidad para visitar a mis padres, viajé con una familia joven de la iglesia de St. Jude que iba a visitar a sus padres en Chicago. Durante el vuelo estuve meditando sobre el hecho de que yo estaba viajando con gente de mi propia familia de fe para ir a visitar a mi propia familia biológica. Cada familia es un regalo que Dios me hace. El domingo pasado, tomando un desayuno tarde en una cafetería de Chicago, me encontré sentado cerca de otra familia de Atlanta que también había viajado a Chicago para estar con sus seres queridos. Estamos todos emparentados con el Señor a través de los lazos del bautismo, y esos mismos lazos nos unen unos a otros. Nuestra relación con Cristo necesariamente nos une con los demás.
Mientras todos reflexionamos sobre los acontecimientos de 2008 y ofrecemos nuestras oraciones y esperanzas para el Año Nuevo de 2009, pidamos al Padre que fortalezca la unión entre nosotros mismos, indiferentemente de donde podamos encontrarnos. ¡Que el año 2009 sea un año de gracia y paz en todos los hogares y los corazones de esta iglesia regional! ¡Y que la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, cuide de nosotros todos los días del nuevo año!