Lo Que He Visto Y He Oído (10 Abril 2008)
Published abril 10, 2008 | Available In English
Para una parroquia, iniciar un proyecto de construcción es una iniciativa feliz pero también angustiosa. Es un indicio positivo de la generosidad y determinación de mucha gente. Representa una clara señal del crecimiento en esta iglesia regional.
Además de estos proyectos, la parroquia Nuestra Señora de Lourdes anunció recientemente los resultados exitosos de su campaña de recaudación de capital que les permitirá comprar un terreno vecino a su actual ubicación y luego desarrollar esta parcela de tierra en el futuro. San Francisco de Asís, en Cartersville, está tratando de ampliar sus instalaciones. Nosotros estamos viendo si establecemos nuevas comunidades de misiones al sur de Gainesville y al norte de Flowery Branco, y otras más en el límite con los condados de Paulding y Cobb.
Estos proyectos confirman el visible crecimiento y la expansión de la Iglesia en toda la Arquidiócesis de Atlanta. Indican que somos una comunidad de fe en crecimiento. Es una bendición que Dios nos da por el intenso trabajo que realiza la gente de nuestras parroquias, nuestro clero, y el personal laico de las parroquias.
El Comité Arquidiocesano de Planificación, que está estudiando las tendencias y el desarrollo demográfico de nuestra área, ya ha confirmado que este crecimiento continuará durante la próxima década. Mientras vemos cómo debemos planificar para anticipar este crecimiento, trabajamos intesamente para ser buenos corresponsales de nuestros recursos y para invitar a nuestro pueblo para que colabore en este crecimiento.
Cuando estaba terminando la ceremonia de inicio de la construcción en el nuevo terreno de San José, Andrew Nelson, un empleado con The Georgia Bulletin, me persiguió para preguntarme si tenía algún comentario sobre la ceremonia. Le proporcioné algunos comentarios, pero me quedé pensando en su pregunta durante unas cuantas horas.
Durante mis 10 años de servicio como obispo auxiliar en Chicago, estuve involucrado en la clausura o fusión de 33 parroquias solamente en mi región (vicariato) de la Arquidiócesis de Chicago. Éstas siempre fueron situaciones delicadas puesto que las parroquias son muy queridas para aquellos que consideran a estas comunidades como sus parroquias. A menudo esas parroquias han servido en una región por más de un siglo y llevan la herencia de la cultura y la fe de muchas generaciones de personas.
Nunca es fácil tomar una decisión que afecta a una comunidad—aún cuando el cambio es necesario y adecuado debido a la disminución o desplazamiento de población, al cambio demográfico, y a la limitación de los recursos. Las parroquias se fundan para proporcionar el cuidado pastoral a la gente. Nunca se deben convertir en simplemente museos con objetos del recuerdo pero carentes de gente. En ciertas ocasiones, las parroquias finalizan su misión y necesitan clausurarse o fusionarse para servir a una comunidad que está cambiando, o para continuar funcionando en colaboración con las parroquias vecinas. Es una decisión pastoral delicada pero necesaria.
Mientras meditaba sobre la pregunta de Andrew, daba gracias por ser parte de tantas nuevas iniciativas de crecimiento y desarrollo dentro de la Arquidiócesis de Atlanta. Nosotros comenzamos en 1956 con una diócesis con sólo 18 parroquias y misiones; ahora tenemos 95 y vamos a necesitar muchas más para la próxima década. Gracias a Dios, tenemos personas generosas, ministros entusiastas, y un espíritu aventurero para que el crecimiento sea posible. Esto es mucho más gratificante y emocionante que clausurar o fusionar comunidades de las que estamos orgullosos y con las que tenemos historias maravillosas pero que necesitan cambiar dadas las situaciones actuals.