Lo Que He Visto Y He Oído (17 Enero 2008)
Published enero 17, 2008 | Available In English
Siempre que visito los seminarios donde tenemos alumnos inscritos me siento como un padre. Estaba especialmente consciente de mi papel de “padre” de nuestros seminaristas cuando el fin de semana pasado visité la universidad North American College en Roma, Italia. Allí tenemos cuatro seminaristas preparándose para ejercer el sacerdocio en la Arquidiócesis de Atlanta. Como ex alumno de esta gran institución, he estado allí muchas veces en el pasar de los años y siempre disfruto mi estadía en la universidad. Estuve allí presentando la conferencia Father Carl J. Peter en honor del difunto sacerdote de Omaha y profesor de la Catholic University of America. Celebré el Ministerio de la Lectura para unos 50 seminaristas, inclusive Josh Allen de nuestra arquidiócesis. Pero más importante aún, yo estaba allí en el papel de “padre” de esos cuatro jóvenes, y uno nunca sabe lo que puede escuchar en esas visitas.
Lo que escuché fue halagador no solo para mí, sino para todos nosotros. Nuestros seminaristas están haciendo un buen trabajo, y parece que están muy contentos y bien adaptados al North American College. El tema de mi charla fue “La predicación católica en el contexto multicultural de los Estados Unidos de América.” La Arquidiócesis de Atlanta proporciona un campo de prueba fértil para este tema. Somos un microcosmo de todos los desafíos que los sacerdotes, diáconos, y obispos enfrentan actualmente al anunciar la Palabra de Dios en su papel de predicadores en una comunidad maravillosamente diversa.
El seminario en el North American College, al igual que los seminarios en todo los Estados Unidos, está lleno de alumnos que reflejan la naturaleza cosmopolita de nuestra nación. Espero que mis pensamientos les haya proporcionado aliento y un desafío mientras se preparan para regresar a los Estados Unidos como diáconos y sacerdotes que aceptan la invitación de ser predicadores que estimulan al pueblo de Dios, un pueblo que está representado por muchas culturas, razas, y orígenes diversos.
Durante la Eucaristía, en la cual inicié a casi 50 hombres como lectores, oré para que cada uno de ellos—especialmente Josh—se llene con el entusiasmo [de predicar] la Palabra de Dios y se dé cuenta de que el pueblo de Dios anhela su Palabra y busca comprender y amar las escrituras de forma más profunda en sus vidas.
En todo caso, las demandas del clero hoy en día son mayores que antes puesto que hay un mayor interés generalizado en conocer más profundamente la Biblia como una fuente de santidad y fe.
Con respecto a nuestros alumnos, ellos gozan del respeto de los profesores y del afecto de sus compañeros. Están muy orgullosos de su legado de Atlanta y ansían regresar a la Arquidiócesis para ser ministros en servicio. Dentro de lo que observé, no han revelado ningún secreto de familia o han dado razón alguna para que su Arzobispo no pueda sentirse orgulloso de ellos, tal como él se sintió.