Photo courtesy of Vic Romero

ATLANTA—Rodolmar Serradas todavía recuerda el deseo que la llevó a estudiar ministerio pastoral. Como maestra de preescolar y feligrés de la parroquia Transfiguration en Marietta, a menudo recibía preguntas de sus alumnos sobre los sacramentos y la Iglesia. 

Sin saber cómo responder a la curiosidad de los niños, Serradas sintió la necesidad de comprender mejor su fe. 

“Siempre he querido profundizar en la fe, adquirir conocimientos, poder responder a las preguntas de los niños, aclarar sus dudas y vivir una fe como Dios quiere”, dijo Serradas. 

Ese deseo, al que llamó “un anhelo del corazón”, la acompañó hasta que se inscribió en el programa de Certificado en Ministerio Pastoral de la Arquidiócesis de Atlanta. 

Ahora, tres años después y recién certificada, ella está ayudando a sus alumnos y a los jóvenes adultos a conocer más sobre su espiritualidad. 

En la parroquia Transfiguration, Serradas inició un grupo juvenil del rosario, donde adolescentes y niños se reúnen cada mes para orar, reflexionar y pasar tiempo adorando al santísimo.

Gracias al programa, la maestra se siente más capacitada para evangelizar y servir a su comunidad parroquial.
“Fue un regalo de Dios poder tener la oportunidad de aprender sobre él y sobre la belleza de la Iglesia”, indicó. “Siento que se abrieron mis sentidos para vivir mi fe de manera más consciente y amorosa”.

Serradas es una de los 56 feligreses de la arquidiócesis que completaron un programa de formación de tres años en mayo. La ceremonia de graduación se llevó a cabo en la parroquia Holy Spirit en Atlanta, donde familiares y amigos celebraron los logros de casi 60 nuevos líderes.

El certificado en ministerio pastoral se ofrece en línea gracias a una colaboración entre la Oficina de Evangelización y Discipulado de la Arquidiócesis de Atlanta y la Universidad de Dallas.

Holy Spirit Church held a ceremony for the graduates of the Certificate of Pastoral Ministry program on May 3. Family, friends and clergy attended to show support for the 56 graduates. Photo Courtesy of Vic Romero

El programa, impartido en español, incluye cursos en áreas como Sagrada Escritura, teología, cuidado pastoral, entre otros temas. Además, los estudiantes reciben formación espiritual y acompañamiento enfocado en el ministerio hispano. Para ingresar, el estudiante debe ser nominado por un sacerdote.

Mónica Oppermann, encargada de estrategias de evangelización en la Oficina de Evangelización y Discipulado, comentó que el impacto del programa continúa creciendo.

“Desde que comenzamos, hemos tenido cinco generaciones y más de 300 personas que se han graduado,” señaló.   

Al servicio de las necesidades del pueblo de Dios

Brenda López, coordinadora del ministerio hispano en la parroquia St. Michael the Archangel en Woodstock, dijo que servir a su parroquia es más una vocación que un simple rol. 

En St. Michael, López es la persona a cargo de la vida pastoral en español, organizando todo lo relacionado con la comunidad hispana y “promoviendo su integración plena en la vida de la parroquia”. 

Durante años, ha organizado celebraciones litúrgicas, acompañado a familias en la preparación sacramental, facilitado pequeñas comunidades de fe y ofrecido orientación espiritual a quienes lo necesitan. 

Antes de entrar al programa, ella sentía un deseo de profundizar su fe y servir mejor a su comunidad. Siempre tuvo la necesidad de adquirir una “formación más sólida para responder a las necesidades del pueblo de Dios”, expresó. 

Con su certificado, ahora está más preparada para guiar eficazmente a los feligreses. 

“La formación me permitió servir con mayor seguridad”, dijo. “Aprendí a mantener los ojos abiertos, porque una mirada más amplia me permite darme cuenta de las necesidades de quienes formamos la comunidad”. 

López compartió que uno de los momentos más significativos del programa ocurrió durante los cursos de pastoral juvenil. Las conversaciones la ayudaron a comprender la necesidad de crear espacios dedicados a los jóvenes latinos para que ellos se sientan vistos y amados dentro de la Iglesia. 

Después de haber obtenido el certificado, López mira hacia el futuro con el deseo de vivir su vocación como evangelizadora plenamente preparada. 

“Me siento bendecida, agradecida y con responsabilidad”, dijo López. “Espero aplicar lo aprendido en el trabajo de la parroquia, fortalecer los ministerios existentes y crear nuevos espacios de formación continua”.  

De la formación al discernimiento 

Los graduados sirven en toda la arquidiócesis como catequistas, mentores y educadores. Muchos de ellos tienen una larga trayectoria como voluntarios y el programa fortaleció esa pasión. 

Orlando Céspedes, de la parroquia St. Catherine of Siena en Kennesaw, ha servido a su comunidad parroquial por unos 14 años. Él y su esposa, Millie Céspedes, se graduaron juntos esta primavera y colaboran como voluntarios donde se les necesita. 

La pareja se enfoca principalmente en la preparación matrimonial. Además, el año pasado, Orlando Céspedes comenzó a ofrecer acompañamiento pastoral a parejas y familias en la parroquia. 

Como recién graduados del programa, su nuevo conocimiento de la fe no ha hecho más que fortalecer su pasión por el voluntariado y el apoyo a los matrimonios. 

Orlando Céspedes compartió que en los matrimonios y las familias es donde comienza la Iglesia doméstica. El programa “me anima a servir a mi parroquia en el futuro dondequiera que sea llamado a servir”, dijo.  

Tras completar la certificación, ahora está discerniendo su vocación como diácono permanente. 

Enseñar con claridad 

Para Lorena Moreno, la evangelización es un llamado que vive con un compromiso constante. Desde 2013, ella ha coordinado el programa en español del Rito de Iniciación Cristiana para Adultos (RICA) en la parroquia St. Matthew, en Tyrone. 

A lo largo de los años, Moreno ha buscado acompañar con claridad a los adultos que se preparan para ingresar a la Iglesia. Fue el certificado, dijo,\ lo que le dio las herramientas teológicas y el conocimiento espiritual para hacerlo de manera más eficaz. 

“Esta certificación ha incrementado mi fe y mi conocimiento sobre las enseñanzas de la Iglesia Católica,” explicó. “La forma de explicar los concilios, encíclicas y testimonios me ha fortalecido y ayudado para poder transmitirlos en las clases de RICA”. 

A menos que su párroco tenga otros planes, indicó, Moreno planea quedarse en Tyrone para seguir enseñando en el ministerio. 

“El Señor es maravilloso,” dijo. “Y aquí está su sierva para ayudarlo en su plan de evangelización y transmisión de la fe católica”. 

 Un solo rebaño, una sola misión 

Los graduados destacaron el poder de la comunidad y la colaboración durante su tiempo de formación. Aunque el programa es en línea, los foros grupales y el acompañamiento brindan a los estudiantes un espacio para compartir e inspirarse mutuamente. 

“Creo que lo que más disfruté y me alimentaba el alma era participar en los foros de cada clase”, dijo Serradas. “En ellos había un reflejo del amor de Dios en cada hermano y en cada situación de la vida. Veía la mano de Dios en cada aporte al foro”. 

Serradas compartió que, más que nada, el certificado le confirmó la necesidad urgente que tienen los feligreses hispanos de vincularse con su comunidad parroquial y de vivir en comunión con los demás como “un solo rebaño”. 

Para López, evangelizar dentro de la comunidad hispana es como “compartir el amor de Dios por medio de los testimonios que enriquecen y transforman corazones”. 

Oppermann anima a quienes deseen integrarse al programa a que se sumerjan en la vida parroquial y hablen con su sacerdote sobre esta oportunidad.