Arzobispo Hartmayer envía saludos a comunidad judía con motivo de días sagrados
Published octubre 7, 2024 | Available In English
El Arzobispo Gregory J. Hartmayer, OFM Conv., comparte la carta que envió esta semana a los miembros de la comunidad judía de Atlanta con motivo de la celebración de sus fiestas sagradas:
7 de octubre de 2024
Mis queridos hermanos de las comunidades judías de Atlanta:
¡Paz y todo bien!
La llegada de las fiestas sagradas de Rosh Hashaná y Yom Kippur me brinda una vez más la oportunidad de saludar y enviar mis mejores deseos personales y oraciones, y los de toda nuestra comunidad católica de la Arquidiócesis de Atlanta, al Comité Judío Americano, a sus rabinos y congregaciones de la sinagoga, y a todos los miembros de las comunidades judías que residen en el área de Atlanta.
Estos son días de oración, reflexión y nuevos comienzos. Deseo que todos en la comunidad judía local gocen de buena salud, alegría, sabiduría y verdadera paz en el año que comienza.
Desde mi nombramiento como Arzobispo de Atlanta, he experimentado de muchas maneras las bendiciones de nuestra amistad. Hemos orado juntos. Hemos dialogado mutuamente. Y hemos compartido la camaradería en muchas ocasiones, especialmente durante las fiestas santas. Quiero reiterar mi respeto y afecto por la comunidad judía. ¡Me siento bendecido de llamarlos amigos!
Soy especialmente consciente de que hoy, 7 de octubre de 2024, se conmemora el primer aniversario de los ataques terroristas de Hamás, en los que murieron más de 1.000 israelíes y 250 personas fueron capturadas como rehenes. ¡Una tremenda pérdida de vidas además de la ansiosa espera de las familias que aún añoran noticias de sus seres queridos en cautiverio! En conmemoración de este aniversario, el Papa Francisco ha hecho un sentido llamado por la paz, instando a los cristianos de todo el mundo a dedicar el 7 de octubre como día de oración y ayuno. Ante el conflicto mundial en curso, el pontífice enfatizó la necesidad urgente de que la comunidad cristiana se una y sirva a la humanidad durante estos tiempos difíciles. La súplica del Papa llega en medio de lo que describió como «esta dramática hora de nuestra historia», donde «los vientos de la guerra y los fuegos de la violencia siguen asolando pueblos y naciones enteras».
En su carta del 2 de febrero de 2024 al Pueblo de Israel, el Santo Padre escribió:
“Estamos viviendo en una época de doloroso tormento. Las guerras y las divisiones aumentan en todo el mundo. Estamos, en efecto, como dije hace algún tiempo, en una especie de «guerra mundial a pedazos», con graves consecuencias para la vida de muchas poblaciones.
Ni siquiera Tierra Santa, por desgracia, se ha librado de este dolor, y desde el 7 de octubre está sumida en una espiral de violencia sin precedentes. Mi corazón se desgarra al ver lo que está sucediendo en Tierra Santa, por la fuerza de tanta división y odio. El mundo entero mira con aprensión y dolor lo que sucede en esa tierra. Son sentimientos que expresan una especial cercanía y afecto por los pueblos que habitan la tierra que ha sido testigo de la historia de la Revelación.
Tristemente, sin embargo, hay que decir que esta guerra también ha producido en la opinión pública mundial actitudes de división, que a veces desembocan en formas de antisemitismo y antijudaísmo. Sólo puedo reiterar lo que también mis predecesores han dicho claramente en varias ocasiones: la relación que nos une a vosotros es especial y singular, sin oscurecer nunca, por supuesto, la relación que la Iglesia tiene con los demás y el compromiso también con ellos. El camino que la Iglesia ha emprendido con vosotros, antiguo pueblo de la alianza, rechaza toda forma de antijudaísmo y antisemitismo, condenando inequívocamente las manifestaciones de odio hacia los judíos y el judaísmo como pecado contra Dios. Junto con ustedes, los católicos estamos muy preocupados por el terrible aumento de los ataques contra los judíos en todo el mundo. Esperábamos que el «nunca más» fuera un estribillo escuchado por las nuevas generaciones, pero ahora vemos que el camino a seguir requiere una cooperación cada vez más estrecha para erradicar estos fenómenos”.
Me uno a cada uno de ustedes, mis queridos hermanos y hermanas para orar por la liberación de todos los rehenes y por una paz duradera durante estos días santos. Ruego que el Todopoderoso escuche nuestras oraciones por un nuevo año lleno de salud que nos brinde las bendiciones de la paz y la alegría.
“Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes –oráculo del Señor–: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza.” (Jeremías 29,11)
Para concluir, retomo las palabras del Papa Francisco: “Abrazo a cada uno de ustedes, y especialmente a quienes están consumidos por la angustia, el dolor, el miedo e incluso la ira. Las palabras son tan difíciles de formular ante una tragedia como la ocurrida en estos meses. Junto con ustedes, lloramos a los muertos, a los heridos, a los traumatizados, rogando a Dios Padre que intervenga y ponga fin a la guerra y al odio, a estos ciclos incesantes que ponen en peligro al mundo entero. De manera especial, oramos por el regreso de los rehenes, alegrándonos por los que ya han vuelto a casa, y orando para que todos los demás se unan pronto a ellos”.
“Shanah Tovah”, ¡un buen año para todos! ¡Shalom!