Los beneficios abundantes del matrimonio
Published junio 17, 2024 | Available In English
Mis padres se casaron en junio y, aunque cualquier mes es adecuado para llevar a cabo una boda, durante mucho tiempo se ha pensado que este es el mes ideal para contraer matrimonio. A continuación, quisiera reflexionar sobre este sacramento y sus beneficios para las parejas y la sociedad en general.
A principios de este año, Brad Wilcox, quien estudia la dinámica familiar, escribió un artículo para Our Sunday Visitor, en el que incluyó lo siguiente: “Lo bueno sobre el matrimonio es que los hombres y las mujeres casados son los más estables financieramente, los menos solitarios, los más sanos y las personas más felices en los Estados Unidos actualmente. Sus hijos obtienen los mejores resultados en la vida en comparación con sus pares, cuyos padres no están casados. Y el matrimonio funciona para personas de diversos orígenes”. Las parejas que buscan casarse, por encima de todo, no necesitan conocer esta lista de aspectos positivos; simplemente aprecian los beneficios del sacramento. Aquellos que no están convencidos de los méritos del matrimonio harían bien en familiarizarse con la gran cantidad de pruebas que respaldan este estado.
En todos los Estados Unidos durante los últimos 50 años ha habido una disminución constante del matrimonio. 10,5 personas de cada 1.000 contrajeron matrimonio en 1974. En 2024, la cifra disminuyó a 6,5 de cada 1.000. Las estadísticas católicas reflejan las cifras nacionales, indicando una disminución del 69 por ciento en el número de matrimonios católicos entre 1969 y 2019.
Los estudios dicen que la disminución del matrimonio está relacionada con una disminución de las citas. Una encuesta realizada en 2021 por el Instituto de Estudios de la Familia preguntó a personas menores de 55 años que deseaban casarse por qué no estaban casadas: el 58 por ciento respondió: “Es difícil encontrar a la persona adecuada con quien casarse”. Algunos mencionaron la dependencia de las redes sociales y la incapacidad de conectarse con las personas en entornos presenciales.
Un comunicado de 2022 del Instituto de Estudios de la Familia indicó que el 87 por ciento de las mujeres casadas con hijos afirmaron ser felices o muy felices. El 84 por ciento de las mujeres casadas y sin hijos admitieron sentir lo mismo. Mientras que, de las mujeres solteras, el 77 por ciento con hijos reportó ser feliz o muy feliz, y el 75 por ciento sin hijos reportó lo mismo. Bajo la felicidad reportada está la seguridad y el compañerismo que acompañan al matrimonio. Generalmente aconsejo a las parejas que el objetivo principal de este sacramento no es ser feliz, sino la unidad, y que la unidad produce felicidad. Podríamos interpretar correctamente estas cifras señalando el efecto general de la unidad en el matrimonio y cómo eso genera felicidad.
Lo que se desprende de estas cifras revela lo que muchos ya saben: que el matrimonio es un factor importante para proporcionar estabilidad y felicidad a largo plazo. Lo más probable es que quienes lean esta columna sean firmes partidarios del matrimonio católico. Generalmente son familiares y amigos a quienes nos gustaría ver cosechar los beneficios de este sacramento, aunque reconocemos que nuestros conocimientos y opiniones son limitados a la hora de influir en la preparación de otra persona para avanzar hacia el matrimonio.
Sin embargo, debemos estar preparados para defender el sacramento y el estado del matrimonio en conversaciones con quienes puedan cuestionarlo o no estar seguros de su postura ante las opciones de vida actuales. Una encuesta reciente del Pew Research Center encontró que el 88 por ciento de los padres admitieron que era extremadamente o muy importante que sus hijos fueran financieramente independientes, a pesar de que solo el 21 por ciento respondió que era extremadamente o muy importante que sus hijos contrajeran matrimonio (David Brooks, NYT). Existen numerosos datos que sugieren que a los niños les va mejor en hogares con padres casados estables, con niveles más bajos de ansiedad y depresión.
Las actitudes hacia el matrimonio y la maternidad influyen en gran medida en el futuro que se puede esperar, en el que habrá muchos menos nacimientos y muchas más personas solteras.
En este país estamos fuertemente orientados a encontrar la carrera y el trabajo adecuados, más que en encontrar el compañero de vida adecuado, lo que a menudo se pospone indefinidamente. Este no es un llamado a apresurarnos al altar, en junio o en cualquier otro mes, pero es un sobrio recordatorio de que, si bien el matrimonio no es una panacea, sus beneficios son abundantes en las vidas de los hijos producidos dentro de este y en la satisfacción general de los conyugues.