Atlanta
Católica de Atlanta transforma sufrimiento personal en esperanza
By NICHOLE GOLDEN | Published marzo 23, 2022 | Available In English
ATLANTA— El significado del sufrimiento es algo que Paula Umaña ha contemplado a menudo desde que le diagnosticaron un trastorno neurológico paralizante hace siete años.
Cuando estaba embarazada de su quinto hijo, Umaña comenzó a notar debilidad en sus extremidades y recuerda haber perdido el agarre y no poder sostener los objetos. Las botellas se caían inexplicablemente de sus manos.
Su hijo, Charles, nació en diciembre de 2014. En febrero de 2015, se aterrorizó una noche cuando intentó levantarse de la cama para ir al baño y no pudo caminar. En julio de 2015, los síntomas de Umaña habían progresado.
“Era como si tuviera un monstruo en mi cuerpo”, dijo. “Yo era una persona completamente paralizada. No podía sentir mis piernas”.
El diagnóstico fue polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica o CIDP (por sus siglas en inglés), que la dejó cuadripléjica. Este trastorno es poco común y es causado por un daño a la mielina, la cobertura de los nervios.
En la década de 1990, Umaña fue clasificada como la tenista profesional número uno en Costa Rica y Centroamérica. La tenista era una madre ocupada que era entrenadora de tenis y criaba a su familia en Atlanta junto a su esposo, Serge Sautre.
El diagnóstico y las estadías en el hospital la llevaron a preguntarse cómo podría continuar siendo parte de la vida de sus cuatro hijas y cuidar de su recién nacido.
Empezó a sufrir emocionalmente al no poder ayudar a sus hijas con tareas sencillas. Un sacerdote que se encontraba de visita de Puerto Rico le sugirió la idea de ofrecer su sufrimiento a Dios por las situaciones de otras personas. Umaña comenzó a aceptar peticiones y fotos de personas y a orar por ellas cada vez que tenía dificultades.
Durante una peregrinación en agosto de 2015 a la Basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, más de 40 familiares oraron por ella. Al día siguiente pudo sentarse por primera vez y hacer uso de una silla de ruedas.
Umaña fundó una academia de tenis y la mantuvo en marcha.
“Me convertí en la entrenadora de la silla de ruedas”, dijo. “Recuerdo firmar cheques con mi boca”.
Abrirse a aquellos que Dios había puesto en su camino la ayudó a aprender sobre dispositivos especiales para las piernas e infusiones de inmunoglobulina. El mismo día que su hija estaba orando en Lourdes, Francia, un extraño llamado Ángel se acercó a Umaña en un Publix en Atlanta para mostrarle sus aparatos ortopédicos especiales para las piernas llamados ExoSym. Umaña se enteró de las infusiones en un grupo de apoyo para pacientes con CIDP.
Ambas opciones la ayudaron a tener una mejor movilidad y su parálisis ahora es solo en la parte inferior de sus piernas. Ahora usa un triciclo eléctrico para discapacitados en la cancha de tenis para dar sus clases.
El apoyo y el aliento de su esposo e hijos también ayudaron a Umaña a encontrar fuerzas. Umaña y su esposo celebraron 20 años de matrimonio en febrero.
“Ni esposo estaba muy concentrado en el plan y en lo que íbamos a hacer”, indicó.
En medio de sus momentos de dolor y frustración, Umaña comenzó a sentir el deseo de escribir un libro.
“El Espíritu Santo me ayudó”, dijo.
En su libro auto editado, “40 Gifts of Hope” (40 Regalos de Esperanza), Umaña comparte viñetas breves de otras personas que sufren ceguera, cáncer, problemas de salud mental y otras situaciones.
Ella tuvo la oportunidad de conocer a otras personas y escuchar sus historias. “Pasé entre dos y cuatro horas con cada persona”, recordó Umaña.
Escribir el libro, el cual también está disponible en español, fue un proceso de tres años.
“El objetivo final del libro es traer la salvación”, señaló Umaña.
La escritora también incorporó historias que agradan a los no creyentes para motivarlos en áreas como encontrar apoyo emocional y la importancia del optimismo. Después de cada una de las 40 historias, la autora comparte una actividad o reflexión. 40 Regalos de Esperanza también incluye reflexiones de su propio recorrido.
“Es alentador para cualquier persona”, dijo.
Entre las historias incluidas están la de Vivian, quien cuido a su esposo después de una lesión, y la de Pipo, a quien Umaña ayudó a preparar espiritualmente para la muerte. Un sacerdote de Atlanta comparte una narración sobre la intercesión de San José en dificultades de salud.
La familia de Umaña asiste a las iglesias del Espíritu Santo en Atlanta y San Francisco de Sales, en Mableton. Umaña también dedica parte de su tiempo compartiendo su recorrido con grupos católicos.
“Cuando nos afecta una enfermedad o aflicción, tendemos a llenarnos de limitaciones físicas, espirituales y emocionales”, escribió Umaña. “Después de mi experiencia, puedo decir que siempre habrá una manera de enfrentar o superar nuestros problemas de salud y vida. Donde hay voluntad, todo es posible con Dios”.