San José, padre tierno y amoroso
Published marzo 17, 2021 | Available In English
Con la Carta Apostólica “Patris corde” (Con corazón de padre), el Papa Francisco recuerda el 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal. Para conmemorar esta ocasión, el Santo Padre ha proclamado un “Año dedicado a San José” del 8 de diciembre de 2020 al 8 de diciembre de 2021.
Me encanta esta descripción de San José que leí en un comunicado que recibo con regularidad:
“San José, parafraseando a Gerard Manley Hopkins, vive en 10,000 lugares: en el hombre que se levanta a las 2 de la mañana para limpiar las calles desiertas llenas de nieve; en la enfermera que trabaja el turno de la noche, seguido por un turno de día; en el guardia que camina solitario a su propio ritmo; en la madre de la hija autista o del hijo paralítico; en el empleado que se muerde el labio ante un comentario leve o racial contra él, porque, de él también depende el sustento de su familia.
José vive en el vendedor que tiene las fotos de su esposa e hijos colgadas en la pared dentro de su cubículo, y que le dice a su cliente, por mucho que le gustaría venderle otro automóvil, que a su auto actual todavía le quedan un par de años. José vive en la maestra que dedica horas de su propio tiempo para ayudar al estudiante con dificultades; en el empleado, el policía, la secretaria, el contratista que se dirigen a las personas que se cruzan en su camino con amabilidad y respeto porque ellos también comparten el deber de llevar el pan a su mesa.
José, ese hombre invisible, casi anónimo; fue elegido por Dios para proveer por su Hijo, velar por él, enseñarle, moldearlo, protegerlo y amarlo tanto a él como a su madre”.
En la nueva carta apostólica, “Con corazón de padre”, el Papa Francisco describe a San José como un padre cariñoso, tierno y amoroso; un padre obediente, que se resigna pasivamente; un protagonista creativamente valiente; un padre trabajador, que actúa desde la sombra.
El Santo Padre escribió la carta apostólica en el contexto de la pandemia del COVID-19, la cual él dice, “nos ha ayudado a ver más claramente la importancia de la gente común que, aunque lejos del centro de atención, ejerce paciencia y ofrece esperanza diariamente”. En esto se asemejan a San José, “el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta”. El hombre que sin embargo tiene “un protagonismo sin igual en la historia de la salvación”.
De hecho, San José expresó concretamente su paternidad al haber hecho de su vida un acto de amor “el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa”.
En San José, Jesús vio el tierno amor de Dios, aquel que nos ayuda a aceptar nuestra debilidad, porque es a través y a pesar de nuestros temores, nuestras fragilidades y nuestras debilidades que ocurren la mayoría de los designios divinos.
José también es un padre que obedece a Dios. Con su “fiat”, protege a María y a Jesús, y enseña a su Hijo a “hacer la voluntad del Padre”. Llamado por Dios para servir a la misión de Jesús, cooperó en el gran misterio de la Redención.
Vatican News escribió un resumen de la carta apostólica cuando se anunció el año por primera vez. Su artículo destaca la conexión de José con nuestras familias cotidianas.
La carta apostólica destaca “la valentía creativa” de San José, que surge especialmente en la forma en que afrontamos las dificultades. José pudo convertir un problema en una posibilidad confiando en la providencia divina. Tuvo que lidiar con los problemas concretos a los que se enfrentaba su familia, problemas que enfrentaban otras familias en el mundo, especialmente las de los migrantes.
En este sentido, San José es “el patrono especial de todos aquellos que se ven forzados a abandonar su patria a causa de la guerra, el odio, la persecución y la miseria”. Como protector de Jesús y María, José no puede ser otro que el Custodio de la Iglesia. Por lo tanto, cada pobre, sufriente, moribundo, extranjero, prisionero, enfermo, es “el Niño” que José continúa protegiendo.
En su carta, el Papa Francisco señala cómo, “Todos los días reza una oración a San José. Esta oración, el pontífice dice, expresa devoción, confianza y un cierto reto a San José”, por sus palabras finales: “Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que yo te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”.
Al final de su carta, el Papa Francisco agrega otra oración a San José que nos anima a todos a rezar juntos:
Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén. San José, ruega por nosotros.