El hombre de 2021
By BISHOP BERNARD E. SHLESINGER III | Published enero 22, 2021 | Available In English
Muchos esperan que la pandemia termine pronto y que podamos mirar hacia atrás a este período histórico como un recuerdo infeliz. Junto con el duelo por la trágica pérdida de vidas, todos hemos experimentado un ajuste inconveniente a nuestra calidad de vida, y esta situación nos ha desafiado a hacer un inventario de lo que es más importante.
Lo más probable es que la vacuna contra el COVID-19 nos acerque a una temporada en la que la pérdida de vidas o las dificultades económicas sean menores. Sin embargo, mientras esperamos un futuro más brillante y una mejor calidad de vida, permítanme resaltar brevemente la calidad del carácter de un hombre cuya fidelidad a Dios en su presente afectó profundamente el futuro del mundo.
Con la carta apostólica “Patris Corde” (“Con corazón de padre”), el Papa Francisco proclamó el “Año de San José”, el cual comenzó el 8 de diciembre de 2020 y finalizará el 8 de diciembre de 2021. La vida y misión de San José se erigen para siempre como un ejemplo brillante de cómo la calidad del carácter da sentido a la calidad de vida. Las Escrituras se refieren a él como un hombre “justo” que no estaba dispuesto a exponer a María a la vergüenza de concebir un hijo fuera de su compromiso (Mt 1: 18-25).
San José puso a una mujer y a un niño en primer lugar en sus pensamientos y Dios puso a su Hijo Encarnado y a su Madre Virgen bajo su protección. José no estaba preocupado, como muchos hoy, por sus derechos individuales o placeres personales. Simplemente vio su deber en el servicio a Dios y a los demás como prioridad en lugar de considerar lo que se le debía o lo que podría convenirle más.
San José se presenta ante nosotros como un “hombre callado” de inigualable virtud que experimentó el rechazo cuando no había lugar para su familia en la posada. No tenemos una visión clara de los sueños terrenales de San José de una vida mejor, pero sabemos que Dios influyó en ellos. Sabemos que se le aconsejó en sueños que llevara al niño y a su madre a Egipto, porque Herodes se había propuesto destruir al Niño (Mt 2: 13-23). Actuó sin dudarlo.
Más adelante, volvería a escuchar en un sueño que debía regresar a Israel y decidió que la región donde gobernaba el hijo de Herodes, Arquelao, era un lugar peligroso para vivir. Sin José, María y Jesús habrían sido víctimas expuestas a las amenazas de los reyes y otros que soñaban con el poder mundano y la eliminación de todos los que pudieran oponerse a ese poder o a sus demandas al derecho a gobernar sin interferencia.
Este año se cumplen 150 años desde que San José fue nombrado patrón de la Iglesia Universal. Dudo que un simple esposo casto y padre adoptivo sea declarado el hombre del año en nuestra sociedad secular actual, una sociedad que promueve vivir un sueño que a menudo se convierte en una pesadilla para otros. San José nos muestra cómo podemos ser mejores hombres y mujeres de gran carácter, porque es el carácter el que le da calidad a la vida.
San José es el hombre de 2021. Invoquémoslo bajo el título “Terror de los demonios”, sabiendo que, como él, también nosotros debemos luchar contra esos demonios que deshonran la dignidad de la mujer y degradan la santidad de la vida.