Atlanta
‘Reparando el Mundo’ ofreció una noche de perspectivas y camaradería
By NICHOLE GOLDEN, Staff writer | Published noviembre 2, 2017 | Available In English
ATLANTA—Más de 180 personas se reunieron para participar en una discusión y forjar nuevas amistades la noche del 28 de octubre con motivo de la celebración del 52o aniversario de “Nostra Aetate”.
“Reparando el Mundo: Entendiendo Nuestra Responsabilidad Común”, un evento organizado por la Arquidiócesis de Atlanta y el Comité Judío Americano de la Oficina Regional de Atlanta, se llevó a cabo en El Templo, cerca del centro de Atlanta.
Representantes de las comunidades católica, judía, musulmana y protestante disfrutaron de una noche con oradores que compartieron sus perspectivas y participaron después en una discusión que se llevó a cabo en las mesas.
“Nostra Aetate” fue el documento del Concilio Vaticano Segundo que transformó la postura de la Iglesia hacia el judaísmo, después de siglos de relaciones turbulentas. “Nostra Aetate”, cuyo significado en latín quiere decir “En Nuestro Tiempo”, rechazó la acusación centenaria y desidiosa en contra de los judíos, resaltó el vínculo religioso compartido con los católicos, aclaró que el cristianismo no supera al judaísmo y afirmó el pacto de Dios con el pueblo judío.
Paula Gwynn Grant, directora de comunicaciones de la arquidiócesis, presentó a cinco oradores que ofrecieron perspectivas diferentes sobre el tema principal, con el fin de incentivar la reflexión y el diálogo.
“Cada uno tiene una perspectiva y esa es la prerrogativa de esta noche; queremos escuchar su punto de vista”, dijo Grant a los presentes. “Somos muchas personas diferentes con la idea común y única de que compartimos una responsabilidad por la paz”.
Los ponentes comparten experiencias de intolerancia
Dentro de los líderes que participaron en el evento se encontraban el Padre Bill Hao, párroco de la misión china de The Holy Name of Jesus en Norcross; Steve Berman, miembro de la religión judía; Carmen Coya-van Duijn, una católica latina; Jaasmeen Hamed, una musulmana; y Alan Cross, un ministro bautista sureño.
El Padre Hao, quien es de ascendencia china y filipina de nacimiento, es un ciudadano estadounidense. El sacerdote compartió los obstáculos a los que se enfrentó la emergente comunidad católica china para encontrar una propiedad adecuada para celebrar sus misas y actividades parroquiales.
“Pasamos muchos tropiezos”. Siempre había “algo que faltaba o que simplemente no estaba bien”, dijo el Padre Hao refiriéndose a las posibles ubicaciones de la misión.
El párroco llamó para averiguar sobre una propiedad disponible para la venta en Duluth, la cual había sido una iglesia. La mujer en el teléfono cuestionó su religión y origen étnico. Después de que el Padre Hao respondió que él era católico, la mujer, de repente dijo, “No está a la venta, no está a la venta”.
Aunque esa fue una experiencia negativa, el Padre Hao dijo que era inusual.
“Saben, no es muy común, en mi experiencia personal, que lo experimente”, dijo refiriéndose a la intolerancia.
“Lo positivo es que… “Estoy muy feliz de que hayamos encontrado algo mejor”. “La propiedad es muy, muy buena. Nos proporciona espacio para crecer”, mencionó hablando de su nueva iglesia, ubicada en Light Circle, Norcross.
El párroco invitó a todos a la misión de The Holy Name of Jesus y compartió brevemente las indicaciones sobre cómo llegar.
“Los recibiré con los brazos abiertos”, expresó cálidamente.
Steve Berman, un empresario de Atlanta, sirvió en el comité organizador de “Reparando el mundo”.
“Civilidad, moralidad y tolerancia… estas tres palabras nunca han sido más importantes que en los últimos tres meses”, dijo.
La comunidad judía entiende bien que el odio y el fanatismo afectan no solo a un grupo, sino a toda la sociedad en general, enfatizó Berman.
Él dijo que hasta el año pasado, muchos sintieron que el antisemitismo era un problema de las generaciones pasadas, y añadió que, a nivel nacional, en el último año en los Estados Unidos ha habido un aumento sin precedentes de actos antisemitas.
“Solo en el primer trimestre de este año, vimos un aumento del 86 por ciento en antisemitismo”, mencionó. “De por sí las palabras ya son bastante hirientes, pero las demostraciones públicas de antisemitismo han surgido de las sombras”.
Las publicaciones de signos de odio y suásticas “nos sensibilizan al hecho de que lamentablemente nuestro trabajo no ha terminado”, dijo Berman. “Tenemos mucho por hacer”.
Actos de odio increíbles y eventos como la manifestación de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, en agosto, subrayan la importancia del diálogo interreligioso a través de programas como “Reparando el Mundo”, expresó Berman.
“Estos mandan un claro mensaje a la comunidad de que esperamos y apreciamos la civilidad y de que nuestra diversidad nos hace más fuertes y nos permite aceptar a otros” añadió.
Fue una fotografía de un niño en “El Album de Auschwitz” la que impulsó a Ralph “Dave” Davis de la iglesia de All Saints en Dunwoody a solidarizarse con la comunidad judía mundial.
Davis, quien asistió al evento en El Templo, trajo consigo dos ejemplares del libro que publicó el contenido del álbum. Le obsequió una copia al Arzobispo Wilton D. Gregory y la otra a Dov Wilker, director del Comité Judío Americano de la Oficina Regional de Atlanta.
Lilly Jacob-Zelmanovic Meier, quien sobrevivió al Holocausto, descubrió un álbum de fotos, la única evidencia fotográfica del proceso que condujo al asesinato masivo en el campo de concentración de Auschwitz.
Davis notó a una niña en el libro quien le recordó a una de sus hijas. A pesar de que las fotografías habían sido prohibidas, ella fue fotografiada llegando al campo de concentración junto a sus hermanos y su niñera cristiana.
“Un fotógrafo rompió las reglas”, explicó Davis.
“La niña pequeña murió”, comentó Davis. La niñera también murió en Auschwitz, al negarse a dejar a la familia para quien trabajaba.
La fotografía conmovió a Davis de tal manera que realizó un viaje a Polonia para visitar el monumento. “Visité Auschwitz por primera vez. Esta niñita me hizo viajar al otra lado del mundo”, dijo.
Él desarrolló una estrecha amistad con Lilly Jacob, y quiso presentar los libros en el evento como agradecimiento por el programa de diálogo disponible para todos.
‘Seremos una bendición’
Cuando fue su turno, Jaasmeen Hamed miró a través del salón y dijo a los presentes que estaba “deseosa de conocerlos”.
Ella dijo que su fe musulmana le exige buscar y hacer la voluntad de Dios en todas las cosas.
El Rabino Scott Colbert, rabino emérito del Templo Emanu-El en Atlanta, compartió una inspiradora reflexión antes de la discusión.
Él señaló que todos aquellos que habían ofrecido sus perspectivas se habían referido a la importancia del perdón.
El rabino leyó del Génesis 12, cuando el Señor dijo a Abraham, “Sal de tu tierra natal y de la casa de tu padre a la tierra que te mostraré… Yo haré tu nombre grande y tú serás una bendición”.
“En este salón todos somos descendientes de Abraham” le recordó al grupo, y “seremos una bendición. ¿Cómo lo seremos?”
El Rabino Colbert ha estado trabajando con otros líderes judíos y con ministros de otras religiones para abordar la creciente ola de odio.
El rabino señaló que cuando las personas son maltratadas, ellas ponen atención pero este no siempre es el caso cuando otros están siendo maltratados.
Él pidió a los asistentes que resistieran ese impulso, reconociendo, en particular, las necesidades y los problemas actuales en América de los musulmanes, los judíos, los católicos, los inmigrantes y sus hijos.
“Sus problemas son nuestros problemas”, dijo. “Estas son cuestiones verdaderamente complejas que necesitan soluciones complejas. Requieren de nuestros líderes y requieren que seamos creativos y compasivos. Y ese es nuestro trabajo esta noche”. Luego pidió a aquellos que estaban sentados que iniciaran una “discusión santa”.
“Lo que estamos haciendo es sagrado”, dijo el rabino.
En la mesa 22, cerca de la parte posterior del salón, los participantes del programa provenientes de diverso países y credos comenzaron dicha discusión. Ellos hablaron acerca de que el miedo es a menudo la raíz de actos de intolerancia o de odio.
La participante Sandy Palay habló del precepto de tratar a los demás como quisiéramos ser tratados, el cual es la regla de oro.
“Eso es bastante central para todas las religiones”, dijo Palay.
Ella admitió a sus compañeros de mesa que, personalmente, podría hacer mucho más para acercarse a los demás.
El Rabino Colbert ofreció una bendición, “Te alabamos, oh Señor Dios nuestro, soberano del mundo, el cual nos has dado la capacidad de reparar”.
El Arzobispo Gregory proporcionó una reflexión para cerrar la noche.
“El estar aquí reunidos esta noche como vecinos, amigos y hermanos es una gran bendición para todos nosotros”, dijo.
Es preocupante que algunas personas no se hayan dado cuenta de que el mundo está en un estado de deterioro, añadió el arzobispo.
“Creemos que está roto en tantos pedazos porque la gente en el mundo está distanciada y asustada,” dijo el Arzobispo Gregory. “Y ese es el trabajo de sanación y reparación que debe suceder, el acercamiento de todos los diferentes pueblos, religiones, culturas y tradiciones que comparten el planeta Tierra”.
Él anotó que todos los oradores habían sido objeto de desprecio simplemente por ser quienes eran. Este desprecio se genera por cuestiones de raza, religión, cultura, género y edad.
“Hay muchos motivos por los cuales la gente nos ha hecho objeto de desprecio”, dijo. “La respuesta al desprecio es perdonar. El perdón es el único antídoto ante el desprecio”.
El arzobispo recordó a los asistentes que Abraham era el patriarca de todas las religiones monoteístas representadas en el programa.
“Abraham representa la unidad de Dios, en su confianza al escuchar el llamado de Dios desde su patria” hacia la Tierra Prometida, dijo el Arzobispo Gregory.
“Deberíamos mirar más a la persona de Abraham y su lucha, su disposición para escuchar a Dios, incluso cuando eso le costó dejar su seguridad. Él era un hombre adinerado en su tierra y Dios le dijo, déjalo todo, ‘Tengo algo mejor’“.
La disposición de Abraham para confiar y arriesgarse es quizás “una de las cosas más importantes que nosotros, como personas de fe, podemos compartir”, dijo.