Dalton
Dalton celebra fe y fraternidad con Nuestra Señora de Guadalupe
By ANDREW NELSON, Staff writer | Published diciembre 22, 2016 | Available In English
DALTON—Cientos de creyentes respondían “¡Viva!” en los estacionamientos del Heritage Point Park mientras el maestro de ceremonias exclamaba “¡Viva la Virgen de Guadalupe!”
Los amigos y miembros de la Iglesia de St. Joseph llenaron este parque el sábado 10 de diciembre, con guantes, orejeras y abrigos de invierno dado que la temperatura oscilaba entre los 20 y 40 grados durante el festival comunitario de ese día.
La celebración combinó la fiesta religiosa de Nuestra Señora de Guadalupe—con la icónica imagen expuesta en camisetas, carteles y en un altar cubierto de flores— y la cultura mexicana, a medida que los jóvenes bailaban danzas populares, los músicos tocaban ante una densa multitud de espectadores y las adolescentes desfilaban con los fastuosos trajes que vistieron en sus celebraciones de quinceañera.
La celebración de este año de Nuestra Señora de Guadalupe fue la primera que se trasladó desde los terrenos de la parroquia hasta el parque de la ciudad. Fue un año histórico para la comunidad religiosa del extremo noroeste de la arquidiócesis ya que marcó su 75º aniversario.
A pesar de las temperaturas cerca de los 30 grados, más de 1.000 personas demostraron su devoción a Nuestra Señora de Guadalupe al salir de la procesión para dar inicio al festival en Heritage Point Park en Dalton. Foto por Michael Alexander
Una de las líneas más largas en el festival fue la de las pupusas, un platillo tradicional de tortillas de maíz hechas a mano. Keli Espitia esperó por su comida. Para ella, el día fue una mezcla perfecta para resaltar la fe y la cultura.
“Esto une a la comunidad. Es el baile, la comida y toda la comunidad”, dijo Espitia, una feligresa que trabaja en el sistema judicial asistiendo a víctimas de delitos. Espitia también es devota de la Virgen María. “Tengo una Madre que está en el cielo, que está siempre allí para nosotros, como lo estuvo hace 500 años”, dijo.
Sirviendo a nuevos inmigrantes
Al igual que desde su fundación, la parroquia de St. Joseph hoy sirve a inmigrantes en este rincón del estado, ubicado a unas 90 millas al noroeste de Atlanta.
La historia católica de la zona comienza antes de la Guerra Civil, cuando los inmigrantes irlandeses trabajaron en el ferrocarril conectando a Atlanta con Chattanooga, Tennessee. Una escuela, Catholic Academy, estuvo abierta por cinco años. La primera vez que la Iglesia St. Joseph fue mencionada en un periódico local fue en 1875. Pero para 1901, la comunidad disminuyó y la parroquia fue declarada inactiva.
Cuarenta años después, la parroquia fue restituida bajo la dirección de misioneros de la congregación de Most Holy Redeemer, conocidos también como los Redentores. Los sacerdotes de la orden religiosa formaron parte del personal de la parroquia hasta 1967.
Con su historia de fabricante de tapetes, los alrededores de Dalton se han formado durante los últimos 40 años con la afluencia de hispanos en la comunidad en busca de trabajo. Estadísticas gubernamentales reportan que uno de cada cuatro residentes habla un idioma diferente al inglés en casa, lo cual es casi el doble de la tasa estatal. Más de nueve de cada 10 inmigrantes provienen de Latinoamérica que es principalmente católica.
La parroquia refleja eso. Su párroco, el Padre Paul Williams dijo que casi el 90 por ciento de los miembros de St. Joseph son latinos. Los fines de semana se celebran cuatro misas en español, dos en inglés y una misa bilingüe.
“Podríamos construir mañana un ‘Segundo Dalton Católico’ y llenarlo hasta el borde”, dijo.
Tenemos cerca de 600 bautizos al año, 550 celebraciones de primera Comunión y alrededor de 250 confirmaciones, dijo.
El Padre Williams ha sido párroco durante siete años y es asistido por el Padre Duvan González y el Padre Tim Nadolski, ambos vicarios parroquiales. Durante ese tiempo, la comunidad estableció una misión de St. Toribio Romo en Chatsworth en el condado adyacente de Murray. La primera misa tuvo lugar en una casa móvil con espacio para 75 personas, pero la misión ahora llena un concesionario de carros renovado con unos 1.000 fieles. Se están haciendo esfuerzos para convertir el garaje en un santuario estilo misión española del suroeste. Otro ministerio en marcha está sirviendo a una creciente comunidad católica guatemalteca.
Aunque la parroquia sirve a muchos, todavía hay miles por alcanzar, dijo el Padre Williams. En el 2015, la parroquia comenzó a transmitir desde WSEF-LP – 99.5 FM, una estación de radio de St. Joseph, para compartir la misa, la evangelización y ayudar en temas de inmigración. Los “Ángeles de St. Joseph”, ministran a niños con necesidades especiales desde el 2014, asistiendo a docenas de jovencitos a recibir los sacramentos.
“Estábamos haciendo la labor del Papa Francisco antes del Papa Francisco,” dijo el Padre Williams.
Una comunidad reunida
Cientos salieron en el festival del 10 de diciembre, dos días antes de la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el 12 de diciembre. La celebración comenzó con un desfile de ministerios con estandartes, gente montando a caballo y un tractor con un remolque cubierto rindiendo tributo a una conocida imagen de la Virgen embarazada que apareció en 1531 a Juan Diego. La aparición tuvo lugar en una colina a las afueras de la hoy Ciudad de México y la milagrosa imagen impresa en la tilma o manto de Diego se conserva en esa Basílica. La Virgen de Guadalupe es reconocida como la patrona de México y de todas las Américas. Los hombres cargaron sobre sus hombros una gran imagen de la Virgen alrededor del parque para iniciar las festividades.
Efrain Chacón tenía un botón grande en su solapa con el rostro de la Virgen María.
“Es una celebración que se realiza en México cada año. Estoy emocionado de que comience aquí en Dalton”, dijo.
Para él, la celebración de la misa en el parque fue lo más relevante del día.
“La Eucaristía para nosotros es Jesús”, dijo. “Todo lo demás es la comunidad reunida”.
Es importante que la gente joven vea estas celebraciones, especialmente los nacidos y criados en los Estados Unidos, para que aprendan sobre la cultura y los valores de su patrimonio, dijo.
Maria Paniagua y Jessica, su hija adolescente, tenían puestos gorros y abrigos pesados para mantenerse calientes mientras vendían los tiquetes de $1 para comprar alimentos, libros y otros artículos. Ellas se instalaron en el parque antes de iniciar el desfile. La recaudación de fondos ayudará a que la parroquia pague por un parque infantil en sus terrenos.
Paniagua, quien ha estado en la parroquia por más de 20 años, dijo que la celebración de la Virgen María significa mucho para ella como madre. “La gente dice que ella es una madre para todos nosotros. Ella es como una ayudante. Me siento segura al orarle a ella, sobre todo por mis hijas”.
Jessica dijo que el evento demuestra cómo la comunidad venera ese día de fiesta. “La gente hizo un sacrificio ya que está haciendo mucho frio, y a pesar de ello vinieron a celebrar”.