La Cancillería funciona gracias a la bondad y el trabajo duro de muchos
By WILTON D. GREGORY, Comentario | Published abril 28, 2016 | Available In English
Su origen se remonta a 1952 cuando inicialmente fue llamado “Día de la Secretaria”. Hoy esta fecha se ha convertido en una ocasión de reconocimiento nacional de todo el personal profesional que trabaja en organizaciones, empresas y oficinas, y cuyo servicio generoso hace que la vida sea manejable para la mayoría de los administradores— ¡incluyéndome!
Esta semana, organizamos un almuerzo para todo el personal de nuestra Cancillería para decirles “gracias” y reconocer algunos aniversarios especiales de un número de empleados que cumplen cinco, diez, veinte o más años de servicio en la Arquidiócesis de Atlanta. Espero que mis hermanos párrocos y nuestros directores de escuelas a lo largo de la Arquidiócesis encuentren también una ocasión para agradecer a sus colaboradores en el ministerio pastoral de esta Iglesia local.
Las responsabilidades de las personas que alguna vez fueron llamadas secretarias, se han incrementado exponencialmente desde que comenzó esta celebración en 1952, ya que la tecnología, el Internet y la complejidad de las actividades administrativas se han expandido más allá de contestar el teléfono, escribir una carta o gestionar un calendario.
La Iglesia no ha estado exenta de este desarrollo ya que nosotros también debemos abordar una amplia gama de actividades diarias que requieren la ayuda de muchos profesionales para manejar solicitudes habituales. Dentro de los especialistas que asisten en el buen funcionamiento de la Arquidiócesis se encuentran técnicos expertos que mantienen funcionando el Internet, traductores y personas que hacen seguimiento y registran nuestras actividades empresariales, editan el periódico, mantienen el edificio tibio o fresco según el momento apropiado, catequizan y enseñan a nuestros jóvenes, responden a las condiciones de aquellos con necesidades especiales, se ocupan de promover la dignidad de la vida humana y se encargan de docenas de otras dimensiones de la misión de la Iglesia en el norte de Georgia.
Afortunadamente, contamos con un grupo de profesionales tremendamente talentosos y generosos que realizan todas esas actividades cada día del año. Cuando viajo por toda la Arquidiócesis, regularmente escucho a las personas agradecerme por la respuesta a una consulta a través de una carta o correo electrónico y sé que uno de los miembros del personal proporcionó esa respuesta apropiada y precisa. Nuestra Cancillería es un edificio grande que necesita cuidado constante, y gracias a Dios tenemos personas que realizan ese mantenimiento con diligencia excepcional. Nuestro personal está formado por artistas, técnicos y profesionales, y yo simplemente estaría perdido sin su devoción, y las personas de la Arquidiócesis no estarían tan eficientemente atendidas.
La expansión de esta celebración anteriormente titulada “Día de la Secretaria” para incluir a todo el personal profesional, es una clara indicación de que nuestros mundos institucionales han cambiado— incluyendo el de la Iglesia. Los últimos papas han dado un gran salto hacia las redes sociales, y mientras que el Papa Francisco está ocupado tratando de reorganizar las oficinas de su Curia (su propia Cancillería), estoy seguro de que esta reorganización tendrá que tener en cuenta todos los desarrollos de la tecnología y las comunicaciones sociales que continúan tocando las vidas de las personas en todas partes. Nuestra Cancillería no es diferente a la suya— aunque hay que reconocer que es mucho más pequeña en alcance.
Así que esta semana doy gracias a todos mis colegas en la Cancillería y les aseguro mi sincera gratitud por todo lo que hacen por todos nosotros. Además de sus talentos y habilidades, soy testigo cada día de la importancia de su bondad y generosidad ¡que crea un ambiente feliz en 2401 Lake Park Drive! Gracias de todo corazón a cada uno de ellos.