Lo Que He Visto Y He Oído (28 de Febrero 2008)
Published febrero 28, 2008 | Available In English
Siempre me pareció interesante descubrir cómo se eligen los nombres de las parroquias y a veces ni los mismos feligreses saben la historia. Pero, efectivamente, uno de los feligreses me comentó cómo esta parroquia recibió el nombre de Good Samaritan. En una ocasión en que el sacerdote viajaba hacia esa comunidad para celebrarles misa, tuvo un problema con su auto en la ruta. Al ver que el sacerdote estaba con problemas, un caballero muy amable paró y lo asistió para que pudiera llegar a la comunidad que lo estaba esperando. El nombre de Good Samaritan surge de ese incidente específico; del encuentro misericordioso con un buen samaritano en los caminos montañosos del norte de Georgia.
El domingo pasado fue también Domingo de Cuaresma y el evangelio relató el episodio de la mujer samaritana en el pozo de agua de Jacobo. Los samaritanos es una comunidad que figura mucho en el evangelio, y esta nueva iglesia se regocijó de su nueva condición oficial. Los samaritanos son realmente los héroes de los pasajes del Evangelio en donde aparecen, no obstante la animosidad que existía entre ellos y la comunidad judía. El buen samaritano es aquel de corazón compasivo, y la mujer samaritana—a pesar de su vida personal con altibajos—es la heroína en esta maravillosa historia de verdadera agua viva. Mi visita a Ellijay fue corta, pero puedo afirmarles que realmente hay muchos buenos samaritanos en esta pequeña y vibrante comunidad.
Luego, por la tardecita, celebré misa en otra de nuestras parroquias, la Iglesia de La Transfiguración, en Marietta. Ésta es una parroquia grande bien establecida y muy activa que los domingos por la tarde celebra una misa para jóvenes donde los adolescentes realizan la mayoría de los ministerios. La parroquia también me invitó a participar en un programa de catequesis familiar durante el cual jóvenes y padres cenan juntos y escuchan una charla sobre los sacramentos del matrimonio y de los órdenes sagrados. Fue increíble observar cómo más de 300 padres y jóvenes conversaban en la cena sobre estos dos sacramentos. Anteriormente habían tenido dos noches de catequesis sobre los sacramentos de iniciación, unción, y reconciliación.
La energía en la sala era eléctrica, y las preguntas y respuestas indicaban un alto nivel de interés por parte de los jóvenes y de los adultos. Este empeño nos dice mucho sobre el liderazgo pastoral de la parroquia y de la participación de los feligreses en la formación de fe de sus hijos.
Son dos parroquias diferentes, pero ambas poseen un espíritu similar de generosidad, esperanza, y entusiasmo por la fe católica. El Padre Randy Mattox cuida con entusiasmo de la comunidad de la Parroquia del Buen Samaritano en su papel de primer pastor. Y Mons. Patrick Bishop es notorio por su entusiasmo enardecedor con la gente de la Parroquia de la Transfiguración. Ambas comunidades son ejemplos de la forma en que la Iglesia católica está prosperando en esta arquidiócesis, y por qué las parroquias tienen un papel tan vital en transmitir la fe.