Celebremos La Buena Nueva
Published noviembre 22, 2011 | Available In English
Desde finales de Octubre ya los almacenes empezaban a presentar sus mercancías para la temporada de Navidad, y a mediados de noviembre se escuchaban ya los anuncios en la televisión.
Desde temprano estamos bombardeados por anuncian que nos invitan a gastar, prometiéndonos unas Felices Navidades. Se enfoca el mundo en un afán de consumo, esperando que mis compras ayuden a recuperar la economía. La Navidad encargada de recuperar la economía. Qué tal?
Que tan fuera de foco tenemos el Verdadero sentido de la Navidad, en que el pesebre, la Buena Nueva del nacimiento del Nino Jesus, la realidad de la familia de Nazaret, queda reducida a un segundo plano debajo de un sinfín de recibos de compras y las deudas de las tarjetas de crédito.
Ocupado estuvo el Mesón (Inn) para dar espacio a Jose y Maria, ocupada esta nuestra vida para dar espacio a la Buena Nueva del Amor.
Esa Buena Nueva solo encuentra espacio donde hay un corazón abierto a recibir y dispuesto a compartir. Recibir como el pesebre recibió a Dios hecho Hombre, y compartir esa buena nueva a los hombres de buena voluntad.
Es el corazón el que tiene que revestirse de ese amor para poder así ser portador de la Buena Nueva del Amor de Jesus en nuestras vidas.
Es una época la Navidad en nuestra fe, que nos invita a celebrar aquellos valores que son el fundamento de toda sociedad: Familia y Vida. Qué plan el de Dios para su Hijo. Dios en su infinita sabiduría escoge la familia para celebrar el don de la Vida. La Familia de Nazaret, la vida de Nino Jesus. Que tesoros y que dignidad, Familia, y Vida, fundamento y base de toda sociedad.
Dejemos pues los afanes del mundo, frenemos los gastos y dirijamos nuestra mirada a nuestra familia y el don de la vida de cada uno de los miembros de ella y con Jesus, Jose y Maria celebremos la Buena Nueva de Dios hecho Hombre.
Compartamos nuestro Amor y abramos nuestros corazones al Amor de nuestro prójimo. Celebremos este Misterio de Vida, en acción de gracias con todos aquellos que el Señor nos ha puesto en nuestras Familias, en nuestros amigos y en nuestros trabajos.
El regalo de Navidad no necesita crédito, ni dinero, solo un corazón en donde el Amor de Dios hecho Hombre pueda habitar y desde ahí ser compartido.
Feliz Navidad y un ano nuevo pleno de las bendiciones del Senor.