Una invitación a explorar las escuelas católicas
By BISHOP JOEL M. KONZEN, S.M., Commentary | Published noviembre 3, 2021 | Available In English
Estamos en el momento del año en el que los padres comienzan a pensar en las opciones escolares para sus hijos para el próximo año académico, y está comenzado la temporada de jornadas de puertas abiertas. Sugiero a cualquiera que no esté realmente familiarizado con las escuelas católicas que aproveche la oportunidad actual para asistir a una jornada de puertas abiertas, solicitar información de una escuela o hacer una visita por su cuenta.
Nuestras escuelas católicas ofrecen una excelente educación general y lo hacen en un entorno que incluye la asistencia al santo sacrificio de la misa, instrucción religiosa, servicio a la escuela y a la comunidad en general, oración diaria, una atmósfera cultivada de respeto por todos los estudiantes, preparación académica que es evaluada por exigentes estándares nacionales y docentes que ven su trabajo con los jóvenes como una vocación.
Como quizás sepan, las escuelas católicas en nuestra área requieren que los estudiantes presenten una solicitud, en lugar de simplemente acudir a la escuela e inscribirse. Es especialmente bueno que comiencen a investigar cuál podría ser la mejor educación para sus hijos mucho antes de que sea el momento de aplicar en una o más escuelas. Esto les permitirá hablar con personas útiles en la escuela, así como con padres que pueden ofrecer una idea de lo que podrían esperar experimentar al tener un hijo inscrito. Algunos establecimientos comienzan el proceso de solicitud en el otoño; otros tienen un proceso de admisión continuo, lo que permite presentar las solicitudes en cualquier momento, siempre que se cumplan los requisitos necesarios.
Es posible que las partes interesadas, al ver los costos anuales asociados con la asistencia a una escuela católica, concluyan que no pueden pagarla. Aquellos que estén interesados en nuestras escuelas siempre deben comunicarse con la institución para saber cómo se les puede ayudar con el pago de la matrícula. Las escuelas católicas tienen métodos disponibles para brindar cierta cantidad de asistencia económica a aquellos que califican para recibir ayuda para cubrir los costos de la matrícula. Sin embargo, no es un suministro ilimitado. Las escuelas se quedan sin asistencia financiera cuando alcanzan un límite para el año. Es por esto que es bueno llenar las solicitudes lo antes posible, tanto de admisión como de ayuda financiera, si es necesaria.
Muchos padres de alumnos en escuelas católicas creen que un gran beneficio son los amigos que sus hijos hacen durante su tiempo como estudiantes. Esto incluye a compañeros de una variedad de orígenes socioeconómicos, raciales y étnicos, que a veces, pero no siempre, superan la diversidad de estudiantes de la escuela local a la que, de otro modo, asistirían. Sin embargo, es el compromiso con valores similares por parte de las familias lo que ayuda a los padres a mantener expectativas de comportamiento comunes en un grupo de amigos y conocidos de los niños.
El nivel y la calidad del trabajo diario en las escuelas católicas también sustenta un ambiente que promueve la responsabilidad y la confianza en uno mismo. Los estudiantes dirán que quizás se les exige que hagan más que cuando no estaban en una escuela católica, pero los padres pueden ver la diferencia tanto en el logro académico como en la satisfacción en el propósito general que exhibe la institución.
La mejor evidencia de los efectos de una educación escolar católica puede apreciarse en los propios graduados, en las decisiones que toman, en la fe que practican, en la forma en que responden a los desafíos y demuestran preocupación por los demás. ¿Es asistir a una escuela católica una garantía inmediata de éxito universal? No. Se trata de familias motivadas por el deseo de transmitir la fe a sus hijos y que esto ocurra en un ambiente escolar que trabaja duro para vivir los preceptos del Evangelio.
Si tienen la oportunidad de buscar una educación escolar católica para sus hijos, no se demoren. De todas formas, orar para que puedan colocar a sus hijos en el entorno de aprendizaje más apropiado siempre será la inversión más valiosa.