Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Smyrna

Oficina de Protección de Niños y Jóvenes busca proteger y sanar

By NICHOLE GOLDEN, Staff writer | Published septiembre 27, 2018  | Available In English

SMYRNA—En la Arquidiócesis de Atlanta, la Oficina de Protección de Niños y Jóvenes se concentra en trabajar diariamente para empoderar a las parroquias, las familias y las personas, con el fin de crear y mantener entornos seguros para los jóvenes e individuos vulnerables.

La oficina (OCYP por sus siglas en inglés) incluye tanto el programa de Ambiente Seguro como el de Asistencia a las Víctimas. Perla Freed es directora de ambiente seguro, y Sue Stubbs, MS, NCC, dirige la asistencia a las víctimas.

Sue Stubbs has worked in the Archdiocese of Atlanta’s Office of Child and Youth Protection as the director of victim assistance since 2004. Photo By Michael Alexander

Establecido como un Proyecto de Concientización, el programa se formó en 1995 para crear conciencia sobre el abuso sexual. Los miembros del personal construyeron relaciones con programas comunitarios, como el Consejo de Georgia sobre el Abuso Infantil; desarrollaron presentaciones de concientización en las parroquias; coordinaron retiros para adultos sobrevivientes de abuso; y reclutaron voluntarios y contactos parroquiales.

En 2001, el Proyecto de Concientización se convirtió en la Oficina de Protección de Niños y Jóvenes, a través de la cual el personal creó programas de capacitación, desarrolló políticas sobre lugares seguros y supervisó el cumplimiento del Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes, encabezado en 2002 por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés).

Freed y Stubbs hablaron recientemente sobre el ministerio de protección de niños y jóvenes, y lo que las impulsa a seguir adelante después de las noticias recientes sobre los cientos de incidentes de abuso sexual infantil que ocurrieron en las diócesis de Pensilvania durante numerosas décadas.

“Una promesa de proteger”

Habiéndose unido a la OCYP hace cinco años, Freed dijo que su trabajo está sintetizado en el Estatuto de la USCCB, “La promesa de proteger y el compromiso de sanar”.

“Es la promesa de proteger en cuanto a lo que se refiere a toda la prevención. Todo lo que hacemos antes de que alguien tenga acceso a los niños, jóvenes y adultos vulnerables”, explicó Freed. “Y luego, el ministerio de Sue, es nuestro compromiso de sanar. Así que servimos a cualquiera que haya sido lastimado o perjudicado de algún modo por un representante de la Iglesia Católica. Tenemos todo tipo de servicios disponibles para víctimas de abuso”.

El programa de Ambiente Seguro proporciona información a padres, voluntarios y niños a través de la capacitación de VIRTUS. Este programa también verifica los antecedentes de los clérigos, empleados y voluntarios adultos, y ha implementado políticas, incluyendo un código de conducta, estándares ministeriales y una política de redes sociales.

VIRTUS “Protegiendo a los Niños de Dios” es una capacitación obligatoria de tres horas para todos aquellos que trabajan con niños y jóvenes. La capacitación cubre los cinco pasos básicos para la prevención del abuso infantil, desde reconocer las señales de advertencia del comportamiento de un posible abusador hasta inquietudes de comunicación.

La capacitación de VIRTUS que se ofrece anualmente a los niños, cubre materiales apropiados para su edad, les enseña a mantener su cuerpo seguro e incluye explicaciones sobre los límites personales y los pasos para garantizar su propia seguridad.

Según los materiales de VIRTUS, una de cada cinco mujeres adultas y uno de cada 10 hombres adultos, dicen que fueron molestados sexualmente cuando eran niños, enfatizando la necesidad de concientización.

El programa diocesano VIRTUS, reemplazó “Eres Importante”, un video autogenerado de una hora, en 2016.

“Hemos recibido un poco de rechazo por parte de la gente debido al compromiso de tres horas”, dijo Freed. “Es un sacrificio de tres horas, pero creo que los facilitadores están bien entrenados para reconocer el sacrificio que están haciendo nuestros voluntarios, padres y empleados, en cuanto al tiempo”.

Freed explicó que la idea detrás de VIRTUS es que todos sean parte de la solución para prevenir el abuso.

Capacitación profunda y consistente

Los facilitadores voluntarios conducen las capacitaciones, que incluyen videos y discusiones sobre las señales de advertencia, control del acceso a los niños, monitoreo de los programas, atención a los cambios de comportamiento en los niños y el reporte de signos o sospechas de abuso. Ellos están bien entrenados para manejar cualquier pregunta que pueda surgir.

“Este es solo un buen comienzo para que todos tengamos la misma información y sepamos lo mismo”, señaló Freed.

Stubbs, quien ha trabajado con víctimas de abuso por 25 años, tiene la impresión de que aquellos que completan VIRTUS piensan que el tiempo invertido vale la pena.

“Ellos asisten pensando que es un sacrificio, pero al partir, piensan que es un regalo”, mencionó.

Desde que VIRTUS ha sido un requisito, Freed ha visto cambios en los comportamientos, incluyendo una mayor preocupación por las violaciones de límites personales.

”Es la manera de cumplir realmente la promesa de proteger”, explicó. “No es llegar al punto donde ocurre un incidente o una sospecha de abuso, sino (que es) ese comportamiento de un adulto que es inapropiado hacia un niño y que alguien pueda decirlo, observarlo e informarlo a tiempo antes de que esa persona lo haga de nuevo”.

Freed mencionó que las señales de advertencia están ahí y dio un ejemplo de un adulto que siempre quiere estar a solas con los niños.

“La gente sabe que no es apropiado que un adulto esté a solas con un niño”, dijo.

Si un voluntario exhibe esa tendencia, es una advertencia.

“Podría ser que esa persona no ha completado la capacitación de VIRTUS, o que realmente está incumpliendo las reglas”, comentó Freed.

La mayoría de los voluntarios o clérigos no se pondrían en esa situación.

“Y si lo hacen, es una señal de que creen que están por encima de las reglas”, dijo Stubbs.

VIRTUS se usa en más de 120 diócesis. Freed se certificó en 2015 para capacitar a los facilitadores de Atlanta para que el conocimiento impartido a los participantes sea uniforme a través de toda la arquidiócesis.

La arquidiócesis tiene 150 facilitadores que ofrecen VIRTUS en español e inglés y dos facilitadores que hablan coreano y vietnamita.

Sterling Backcheck lleva a cabo chequeos de antecedentes para clérigos, empleados y voluntarios cada cinco años. Las verificaciones de antecedentes penales y el uso de solicitudes estándar para voluntarios y empleados, además de la verificación de referencias de empleo son mensajes para posibles abusadores de que la Iglesia está alerta.

Las capacitaciones de VIRTUS, las verificaciones de antecedentes y las políticas claras han ayudado a reducir significativamente los casos desde la implementación del estatuto de la USCCB.

“Y pienso que ha funcionado. Podemos probarlo”, dijo Freed.

Menos reportes confirmados en todo el país en parroquias y escuelas “quiere decir que los niños están siendo empoderados y se les está diciendo qué hacer en caso de que algo suceda … y a los padres, además que los adultos y voluntarios están más dispuestos a reportar”, dijo.

Los adultos están más dispuestos a reportar signos, sin embargo eso no significa que hay más abuso, señaló Freed.

“Significa que ahora tienen los recursos para saber qué hacer, a dónde ir y cómo hacerlo, y tendrán un sistema de respaldo no solo a nivel parroquial y escolar, sino que nosotros también estamos aquí. Nuestra oficina está aquí en caso de que necesiten ayuda durante el proceso de reporte”, añadió.

La obligación de reportar si existe una causa razonable

Perla Freed
Photo By Michael Alexander

Comunicar inquietudes es difícil, pero también es el paso más importante para prevenir el abuso.

“Por ley, al menos en Georgia, cualquiera que trabaje en la Iglesia tiene la obligación de reportar”, recordó Freed. El lapso de tiempo para reportar el abuso cambió a 24 horas en 2012. Cualquier persona que tenga motivos razonables para creer que ha ocurrido un abuso tiene 24 horas para llamar a la División de Servicios para Familias y Niños de Georgia.

La ley cubre el abuso físico y sexual, así como la negligencia, la explotación o la exposición a la pornografía.

Muchas veces, aquellos que contactan al programa de Ambiente Seguro tienen preguntas o inquietudes sobre las señales de advertencia en lugar de sospechas de abuso.

Las señales de advertencia, también llamadas violaciones de límites, deben ser compartidas con el párroco o el director. Una sospecha de abuso es reportable a las autoridades.

Como se discute durante las sesiones de VIRTUS para adultos, conocer las señales de advertencia ayuda a los adultos a reconocer los primeros signos de una relación inapropiada entre un adulto y un menor.

Algunas señales que identifican a un posible abusador son aquellos individuos que desaniman a otros adultos de participar o monitorear, alguien que está más emocionado de estar con niños que con adultos, un individuo que da regalos a niños sin permiso, que quiere participar en juegos de manos o hacerle cosquillas a los niños, que usa lenguaje vulgar, cuenta chistes obscenos o toma fotos sin aprobación.

Si un niño le cuenta una historia de abuso a un adulto o alguien cercano a la víctima reporta abuso, es entonces cuando los reporteros obligatorios deben informar a DFCS al 1-855-GACHILD. El supervisor de la parroquia o escuela también debe recibir el reporte de inmediato.

Si la denuncia involucra a un miembro del clero, empleado o voluntario de la arquidiócesis, comuníquese con la Oficina de Protección de Niños y Jóvenes durante el horario de oficina o llame a la línea para reportar abuso, la cual está disponible 24 horas, al 1-888-437-0764.

Si un adulto revela que fue abusado sexualmente cuando era un menor de edad y que el abusador fue un representante de la Iglesia, también puede llamar a la oficina de OCYP (durante el horario de oficina) o a la línea para reportar abuso.

“Si tiene dudas, reporte”, es el mensaje que tiene Stubbs en el buzón de su correo de voz. “Es mejor prevenir que lamentarse, porque las repercusiones tanto para la víctima como para quien reporta son altas. Cuando cambiaron por primera vez la ley para reportar abuso a 24 horas, encarcelaron a algunas personas por esperar demasiado para reportar”.

Freed dijo que las denuncias a DFCS son anónimas y no se revelan en las investigaciones.

DFCS conserva un registro de las denuncias sustanciadas, lo cual es un buen recurso para los funcionarios de la Iglesia.

Programas de sanación disponibles para las víctimas

Asistencia a las Victimas ofrece programas de alcance y sanación para aquellos que han sido abusados por algún miembro del personal de la Iglesia. Esta oficina organiza una respuesta pastoral para la víctima, su familia y su parroquia; ofreciendo recursos de asesoramiento, dirección espiritual, servicios de oración, retiros y educación. Algunos programas van más allá de aquellos que han sido abusados por miembros del personal de la Iglesia para incluir a todas las víctimas de abuso. La oficina apoya a las víctimas que han sido abusadas por miembros del personal de la Iglesia durante las investigaciones y trabaja como su defensora ante la Junta Asesora del Arzobispo, también coordina la capacitación para el clero y el personal que responde a las víctimas de abuso.

El Camino: Un Retiro de Sanación para Sobrevivientes de Abuso es un programa de oración y meditación de tres días que gira entorno a las Estaciones de la Cruz. El próximo Camino para Mujeres será del 7 al 9 de diciembre, y para Hombres, del 14 al 16 de septiembre.

El grupo de recuperación de trauma enseña a los sobrevivientes cómo mejorar su funcionamiento diario y cómo vivir efectivamente en el presente. Los grupos de trauma se han estado reuniendo en varias parroquias desde 2010, y un grupo comenzará a reunirse el 3 de octubre en la Iglesia del Espíritu Santo, en Atlanta.

Varios servicios de oración y misas de sanación también se llevan a cabo en la arquidiócesis para las víctimas, y algunas iglesias tienen “Suplica al Cielo”, un programa de oración realizado por los grupos de rosario en las parroquias.

La capacitación para responder a las víctimas incluye talleres para clérigos sobre el ministerio a las víctimas y programas para ministros laicos y profesionales de salud mental.

Stubbs responde a los sobrevivientes adultos, independientemente de dónde ocurrió el abuso. Pueden asistir a retiros locales y también los ayuda a conectarse con la diócesis donde ocurrió el abuso, actuando como enlace.

Stubbs tiene una maestría en consejería y es consejera certificada a nivel nacional. Ella ha servido a la arquidiócesis durante 15 años.

“Personalmente creo que es aquí donde Dios me quería, y él me ha dado la gracia para hacerlo”, dijo.

Añadió que hay cosas que le molestan, pero que nunca ha querido apartarse de su fe.

“Es un problema humano”, comentó, refiriéndose a la prevalencia del abuso.

El abuso va a ocurrir en la Iglesia, ya que está compuesta de seres humanos, y alguien tiene que hacer el trabajo de ayudar a las víctimas y crear conciencia.

Al igual que su hermano, quien es primer socorrista, Stubbs se siente llamada a hacer el trabajo.

“Él es bombero. Yo nunca podría realizar ese trabajo, pero alguien tiene que hacerlo. Él ha recibido la gracia para ejercerlo. Adentrase en un incendio y salvar a alguien, es algo difícil de hacer”, comentó.

Freed se unió a la OCYP el año en que se convirtió en madre, después de haber trabajado en finanzas para la arquidiócesis.

“A medida que más me involucraba, más quería aprender sobre el tema y quería ver otras formas de ayudar”, dijo.

Ella y Stubbs se apoyan mutuamente en sus esfuerzos.

“Creo que es útil contar con una colega dentro de estas paredes con quien puedas hablar sin poner ningún filtro”, admitió Freed. “El personal de la USCCB ha hecho un trabajo fantástico al reunirnos a todos y mantenernos conscientes de que tenemos una misión”.

Todas las oficinas de protección infantil de las diócesis, grandes y pequeñas, se reúnen anualmente en una conferencia nacional.

“El solo hecho de estar juntos esa única vez al año es de gran ayuda”, señaló Stubbs.


El Camino: Un Retiro de Sanción para Sobrevivientes de Abuso es un programa de oración y meditación que gira en torno a las Estaciones de la Cruz. El próximo Camino para mujeres será del 7 al 9 de diciembre, y para hombres del 14 al 16 de septiembre.