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Arzobispo ordena a diez diáconos nuevos para servir

By ANDREW NELSON, Staff writer | Published febrero 8, 2018  | Available In English

ATLANTA—A medida que el Arzobispo Wilton D. Gregory ordenaba a los diez diáconos permanentes de la Arquidiócesis de Atlanta, también los motivaba a compartir “historias sobre cómo debería ser la vida”.

El Arzobispo Gregory celebró la misa de ordenación para el diaconado permanente el sábado, 3 de febrero, en la catedral de Christ the King, en Atlanta.

La ceremonia marcó la culminación de cinco años de formación cuyo objetivo es servir a la Iglesia a través del diaconado. Este grupo representa varias naciones, con hombres de Colombia y Cuba entre sus miembros. Sus edades oscilan entre los 51 y los 67 años. Ellos han trabajado como conductores de camiones, ejecutivos, maestros, oficiales militares y en la industria aérea.

Como diáconos, ellos bautizarán a jovencitos y enterrarán a los muertos. Serán testigos de matrimonios y servirán en el altar. Leerán y predicarán en misa. Vivirán su vocación, reflejando a Cristo, quien vino a servir.

Archbishop Wilton D. Gregory lays hands upon permanent diaconate ordination candidate William J. Boyd of Mary Our Queen Church, Peachtree Corners. Photo By Michael Alexander

Quienes se ordenaron ese día fueron los diáconos Jaime Agudelo, William Boyd, Edward Buckley, Manuel Echevarría, David Fragale, Richard Hogan, Peter Ranft, Richard Schmidt, David Schreckenberger y James Wolf.

Felipe Gabuardi, quien asiste a la iglesia de St. Matthew en Winder, esperaba a su amigo, el Diácono Agudelo, después de la ceremonia. Gabuardi escribió una de las cartas de recomendación necesarias para el programa.

“Estoy cien por ciento seguro de que va a ser un gran diácono. La Iglesia católica necesita personas como él”, dijo Gabuardi, quien recuerda haber asistido a un retiro con el nuevo diácono años atrás y haber visto su pasión por el ministerio.

“Jaime es una persona que es muy, muy espiritual. Lo hizo, por la gracia del Señor”, dijo.

Patricia Welsh, quien asiste a la iglesia de Holy Trinity en Peachtree City, vio al Diácono Schmidt durante su ordenación. Ambos fueron padres de estudiantes de la escuela secundaria Our Lady of Mercy en Fayetteville hace varios años.

Cuando se le pidió describir a su amigo, Welsh dijo, “servir humildemente” es parte de su carácter. “Además de ser discretamente compasivo, él es un gran hombre”.

‘Compartan la historia de la fe’

En su homilía, el Arzobispo Gregory le recordó a la clase de diáconos cómo la cultura está conectada con la tecnología, la cual permite acceder a información inimaginable, pero a menudo la gente continúa sintiéndose aislada.

“A pesar de nuestra búsqueda de información, a veces no escuchamos las noticias que el corazón necesita escuchar desesperadamente. Nosotros, como cualquier otro, necesitamos escuchar el Evangelio proclamado en todo su poder y fuerza”, dijo el arzobispo.

“Necesitamos estar seguros de que la Buena Nueva de Dios es más duradera que las noticias incesantes de historias que capturan los titulares, pero que rara vez capturan los corazones”.

Los motivó a ir a lugares que parecieran “tierras misioneras” a compartir la historia de Cristo y de su fe.
“Queremos escuchar historias sobre la vida como debería de ser y como está destinada a suceder”, dijo a la multitud de creyentes que se encontraban de pie en la catedral. “Cada corazón” desea escuchar “buenas noticias que den sentido y esperanza al espíritu humano”, añadió.

El Evangelio se conecta profundamente con el corazón de una persona.

“A diferencia de las noticias de la noche, el Evangelio no revela simplemente los acontecimientos del día, sino que los ubica en su debida perspectiva. El Evangelio ofrece a toda la humanidad una nueva forma de esperanza para ver nuestro destino”, señaló.

Deacon Richard Schmidt, one of 10 newly ordained permanent deacons, extends the first blessing to his spouse of 36 years, Kathy, on the Cathedral of Christ the King plaza following the Feb. 3 ordination. Photo By Michael Alexander

Todas las culturas en formas únicas buscan recordar la dignidad de la vida humana, dijo.
“Si bien las sociedades y las culturas pueden variar considerablemente una de otra, pero el corazón humano es sin duda mucho más similar que único en su necesidad de encontrar el sosiego de Dios”, dijo el Arzobispo Gregory.

Después de la investidura, el arzobispo y los con celebrantes, incluyendo el Obispo Bernard E. Shlesinger III, ofrecieron el beso de la paz a los nuevos diáconos, un gesto que repitieron las decenas de diáconos y cerca de 20 sacerdotes presentes.

Después de la misa, el Diácono Dennis Dorner, director del diaconado permanente, agradeció a las familias de los nuevos diáconos y al personal a cargo de su formación.

Tres nuevos diáconos en una misma parroquia

Tres de los hombres ordenados provienen de una misma parroquia, la iglesia de St. Lawrence, en Lawrenceville.

El Padre John Howren, párroco de la iglesia del condado de Gwinnett, dijo que la comunidad parroquial percibe que “poseen corazones auténticos” para el ministerio. También dijo que la “parroquia está sumamente emocionada” con la ordenación de los tres hombres.

La iglesia de St. Lawrence tiene 4.000 familias registradas y ofrece siete misas el fin de semana. En las bancas hay mujeres, hombres y niños de América Latina, el Caribe y Asia, así como personas provenientes de 19 países africanos.

Los diáconos, Hogan, Ranft y Schreckenberger han sido miembros de la parroquia durante años. Han ayudado en las preparaciones de padres y padrinos para bautismos, asistido a personas a través de los procesos de nulidad, llevado comunión a enfermos confinados a sus hogares y pacientes de hospitales y colaborado con los sacerdotes y diáconos actuales en las liturgias de funerarias y cementerios.

“Es una parroquia que se enfoca fuertemente en el servicio, tanto dentro de ella como en la comunidad”, dijo el Diácono Ranft. Uno de sus proyectos ha sido dirigir los esfuerzos de alcance a familias necesitadas a través del ministerio de San Vicente de Paúl. El Diácono Ranft, quien tiene 55 años de edad y es padre de dos hijos adultos, admira al Papa Francisco y toma inspiración de Santa Teresa de Calcuta, quien dijo: “Si no puedes alimentar a cien personas, alimenta solo a una”.

El Diácono Hogan, de 59, opera su propio negocio de carpintería en Tucker. Cuando no está en su negocio o pasando el tiempo en su afición de reconstruir automóviles, está en la iglesia desempeñando una de sus muchas funciones. Dijo que cuando decidió unirse a la parroquia en 1986, recuerda que los feligreses tenían calcomanías en los parachoques de sus autos que decían, “Somos una familia”. La parroquia ha crecido y ahora es mucho más grande y diversa, pero conserva el mismo espíritu, añadió.

El Diácono Schreckenberger ha trabajado como director de operaciones en la iglesia de Prince of Peace en Flowery Branch durante los últimos doce años. Oriundo del norte de New York, el hombre de 54 años de edad intenta incentivar la fe en las personas.

La capacitación y formación pudieran parecer largas, pero los feligreses siempre están ahí para animar nuestros espíritus. “Todos están contentos y emocionados por nosotros”, dijo.