Georgia Bulletin

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Las bienaventuranzas son ‘un ícono de esperanza’, dice el arzobispo en la misa anual de MLK

By ANDREW NELSON, Staff writer | Published enero 25, 2018  | Available In English

ATLANTA—Decenas de creyentes se reunieron el sábado, 20 de enero, en el Shrine of Immaculate Conception para celebrar la vida del Reverendo Dr. Martin Luther King Jr.

Cameroon Catholic Women’s Association member Margaret Bih joins others in praying the Our Father during the Jan. 20 Dr. Martin Luther King Jr. Eucharistic Celebration. Bih belongs to St. Lawrence Church, Lawrenceville. Photo By Michael Alexander

Con oraciones y reflexiones que fueron recitadas en 10 idiomas, la congregación meditó sobre la vida del nativo de Atlanta, conmemorando los 50 años desde su asesinato en Memphis, Tennessee.

El servicio de adoración anual estuvo caracterizado por expresiones culturales religiosas, incluyendo el sonido de un cuerno que invitaba a los presentes a orar. Un grupo de mujeres de Camerún entregaron el libro de los Evangelios en medio de una alegre danza al Arzobispo Wilton D. Gregory, quien lo esperaba de pie.

Ocho sacerdotes concelebraron la misa junto al arzobispo, asistidos por varios diáconos.

La Señora Sipho Mwam, feligrés de St. Paul of the Cross Church, en Atlanta, asistió a su primera misa por King junto a sus tres hijos. Ella se mudó recientemente de Kansas, donde no recuerda una celebración similar entre los católicos.

Fue emocionante experimentar esta celebración en honor a un hombre de paz, dijo Mwam. En su nativa Zambia recuerda haber aprendido que King fue un hombre que defendió sus creencias, pero de forma pacífica. King fue un modelo a imitar para muchos en África y en mi propio país durante su independencia, comentó.

David Pothier, un feligrés de muchos años de la iglesia de Sts. Peter and Paul, en Decatur, dijo que la misa es una buena manera de experimentar la manera en la que otros rinden culto y viven la fe. David asistió también para honrar a su amiga fallecida, Mayfern Barron, quien fue reconocida por su servicio.

Comparando la situación de hoy con la de 1968, el Arzobispo Gregory habló en su homilía refiriéndose a 1968 como “un año muy duro”, con los asesinatos de King y Robert F. Kennedy, los disturbios en diversas ciudades estadounidenses y los miles de muertos y heridos de la guerra de Vietnam.

“Nuestro escenario político hoy es tan problemático como lo era hace 50 años. Nuestros funcionarios electos continúan demostrando poca habilidad para trabajar juntos por el bien común. Las mujeres han estado revelando abiertamente la frecuencia con la que han sido abusadas y comprometidas en sus trabajos durante muchos, muchos años”, dijo el arzobispo. “Claramente, 2018 es un año complicado, y esto es solo el principio”.

En palabras fuertes, el Arzobispo Gregory reafirmó el apoyo de la Iglesia a los inmigrantes. “La Xenofobia, el racismo clonado, se disfraza hoy como una respuesta patriótica a la presencia de inmigrantes y refugiados que se encuentran presentes entre nosotros como lo han estado desde la fundación de nuestra nación”.

El arzobispo pidió a la multitud que orara por aquellos conocidos como “soñadores”, jóvenes traídos a este país durante su niñez por padres inmigrantes indocumentados. “Oren por los soñadores entre nosotros. Estos hombres y mujeres jóvenes tienen miedo. Y ninguno de los hijos de Dios debe vivir atemorizado”, dijo.

Hoy en día, la gente no puede abatirse con “un clima hostil de retórica ofensiva, políticas públicas punitivas y actos crecientes de violencia “, anotó. En medio de esto, el pecado trabaja para convencer a la gente de que “el odio es la sentencia final impuesta sobre todos nosotros”, añadió.

El desaliento no es el camino creado por Dios, recordó a los presentes.

“Las bienaventuranzas son la garantía que Cristo nos ofrece de que el plan de Dios puede y definitivamente tornará este mundo de cabeza. Estas presentan un icono de esperanza que debe sostenernos a todos hasta que Cristo lo sea todo y esté en todo. Con seguridad, Él triunfará, no solo en las letras de una canción, sino en el momento oportuno con una victoria de justicia duradera”, dijo el Arzobispo Gregory. “1968 fue un año violento y brutal. Que Dios permita que tengamos un 2018 mejor, más lleno de esperanza, justicia y paz”.

Más adelante la congregación aplaudió a los ganadores de los premios anuales que se otorgaron después de la misa.

Marcus Walker, left, the 2018 recipient of the Msgr. Edward B. Branch Young Adult Award, poses for a photo with Archbishop Wilton D. Gregory. Walker is a member of Church of the Transfiguration, Marietta. Photo By Michael Alexander

Marcus Walker, de la iglesia de Transfiguration, en Marietta, recibió el Premio al Adulto Joven Mons. Edward B. Branch por el trabajo en su parroquia. Él ha servido en muchos roles, desde profesor de educación religiosa hasta líder de adultos jóvenes. Los líderes parroquiales lo describieron como un hombre joven con un “corazón y unas manos dispuestas a servir”.

Al aceptar el premio, Walker pidió a los miembros de la parroquia que apoyaran a los ministerios de adultos jóvenes, motivándolos y ofreciéndoles recursos para servir a los católicos entre los 20 y los 35 años de edad aproximadamente.

El Premio a la Unidad Charles O. Prejean Sr. fue otorgado a dos mujeres que murieron en 2017, Beverly Maxwell y Mayfern Barron. Familiares de las galardonadas aceptaron los premios. Ambas mujeres fueron pilares fundamentales de la iglesia Sts. Peter and Paul.

Sidney Barron aceptó el premio en nombre de su madre.

“Ella nos enseñó a no ser católicos solamente los domingos, sino todos los días”, dijo.

Y el viudo Fred Maxwell dijo que el servicio de su esposa en el ministerio parroquial “tocó los corazones de todos. Ella amaba a todos”.