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Vatican City

El papa: Mantengan corazón abierto, listo para Cristo en Navidad

By CAROL GLATZ, Catholic News Service | Published diciembre 21, 2017  | Available In English

CIUDAD DEL VATICANO (CNS)—Los países que tienen bajas tasas de natalidad sufren de esa horrible enfermedad llamada “invierno demográfico”, dijo el papa Francisco durante una homilía matutina.

Esos no tienen hijos por temor a afectar su bienestar económico o intentan justificarlo con otras razones, él dijo durante la homilía de su Misa matutina del 19 de diciembre en la Casa Santa Marta.

El resultado es “países vacíos de niños y esto no es una bendición”, él dijo. “La fecundidad siempre es una bendición de Dios”.

La lectura del día mencionó dos mujeres estériles que, con la gracia e intervención de Dios, cada una pudo dar a luz a un hijo—Sansón y Juan Bautista.

Esas lecturas y otros pasajes demuestran que “donde está Dios, hay fecundidad”, dijo el papa.

Él dijo que, incidentalmente, “algunos países han elegido la vía de la esterilidad y padecen esa enfermedad tan mala que es el invierno demográfico”.

La fecundidad puede ser “material o espiritual”, él dijo, porque siempre tiene que ver con darle vida a otros. Los que no se casan pueden sin embargo ser fecundos, él dijo. “¡Ay de nosotros, si no somos fecundos con las buenas obras!”, si no le llevamos fecundidad al pueblo de Dios, él añadió.

“El diablo quiere la esterilidad, quiere que cada uno de nosotros no viva para dar vida, ni física ni espiritual, a los demás”, él dijo.

El diablo quiere que la gente viva para sí mismos y esto es “el egoísmo, la soberbia, la vanidad. Es engrasar el alma” sin vivir para los demás. “El diablo es el que hace crecer la cizaña del egoísmo y no nos hace fecundos”.

Con la Navidad acercandose, el papa señaló una cuna vacía que era parte de un pesebre.

Esa cuna vacía “puede ser símbolo de esperanza porque vendrá el niño”, él dijo, “o puede ser un objeto de museo, vacía toda la vida”.

“Nuestro corazón es una cuna. ¿Cómo es mi corazón? ¿Está vacío, siempre vacío, o está abierto para recibir continuamente vida y dar vida?”, preguntó.

Él le pidió a la gente orar ante la cuna de Navidad vacía durante los últimos días de Adviento y decir: “Ven Señor, llena la cuna, llena mi corazón y empújame a dar vida, a ser fecundo”.