Georgia Bulletin

The Newspaper of the Catholic Archdiocese of Atlanta

Foto de Michael Alexander
Los j—venes de diversos niveles de formaci—n en su educaci—n religiosa hacen una l’nea en el interior de la entrada a la misi—n, a medida que las familias ingresan para la misa de inauguraci—n de las 9:30, el 13 de septiembreen Christthe King Mission. Foto de Michael Alexander

Atlanta

La Misión Hispana de la Catedral arranca en nuevo hogar en Buford Highway

By PRISCILLA GREEAR, Especial para el Boletín | Published septiembre 17, 2015  | Available In English

ATLANTA — De niño, el Padre Rey Pineda recibía educación religiosa todos los sábado en la Misión Hispana de la Catedral de Christ the King, en un centro comunitario de los apartamentos de Lindbergh Drive. En ese entonces él, sus hermanos y primos se juntaban en la tarde para asistir a la misa en ese lugar “mágico” pero estrecho donde descubrió su fe.

“Era un espacio pequeño, sin aire acondicionado. Pero siempre nos las arreglábamos, teníamos grupos adentro y afuera. Mi primera confesión fue en un armario que utilizaban como sacristía”, recordó el Padre Pineda, oriundo de Guerrero, México, cuya familia comenzó a asistir a la misión después de mudarse a Atlanta en 1994 desde Los Ángeles.

“No teníamos mucho, pero nos sentíamos muy bien cuidados por la gente, por la hermana religiosa que estaba allí. Era un lugar muy especial”, dijo. La directora de la misión, la Hermana Maria Jesús Sagaseta, miembro de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, una vez le dijo a la tía de Rey que él se convertiría en un sacerdote. “En ese momento realmente no pensé en ello, pero fue muy bonito tener su cariño y atención. Ya en el camino, cuando realmente empecé a examinar y discernir, ése fue un momento que valió la pena recordar”, agregó el Padre Pineda, quien ahora es vicario parroquial en la Iglesia de St. Lawrence.

Aproximadamente 1.000 personas estuvieron presentes el 13 de septiembre para la bendici—n y dedicaci—n de Christ the King Mission en el noreste de Atlanta. Foto de Michael Alexander

Aproximadamente 1.000 personas estuvieron presentes el 13 de septiembre para la bendici—n y dedicaci—n de Christ the King Mission en el noreste de Atlanta. Foto de Michael Alexander

“Mucho de lo que vi y respeto de la Iglesia  fue primeramente (experimentado) allí. Vi hermanas, sacerdotes, catequistas, familias y al coro. Era tan pequeño que realmente siempre eras parte de él. Eso formó mi comprensión sobre la Iglesia y la comunidad”.

Ahora el Padre Pineda y otros partidarios están celebrando la mudanza de la misión de la escueta instalación a un “espacio más digno” para continuar ese vital alcance pastoral a los hispanos del área.

El nuevo espacio de la misión fue bendecido el 13 de septiembre

Después de profesar cerca de la zona de los apartamentos Lindbergh por más de dos décadas, la Catedral de Christ the King trasladó su misión en junio a un espacio renovado de casi 12.000 pies cuadrados en la parte trasera de la Plaza Noreste, 3349 Buford Highway en Brookhaven.

Y partiendo de esa base, la misión ahora también acoge a muchos recién llegados que aparecen a medida que se corre la voz a lo largo de Buford Highway. La asistencia a la misa del domingo a las 9:30 a.m. casi se ha triplicado a más de 500 personas, y en un domingo reciente cientos caminaron hacia la iglesia a pie y en autobús bajo una fuerte lluvia.

“Es algo sorprendente ver a las personas atrapadas en el mal tiempo y mojadas y todavía viniendo.  Es hermoso”, dijo la coordinadora del Ministerio Hispano Ángela Almario. “Durante la misa de las 9:30 comenzó a llover. Estuvo lloviendo tan fuerte el fin de semana pasado que incluso los miembros del comité de bienvenida repartieron toallas para que las personas pudieran secarse su rostro y brazos.”

Seguido por el di‡cono y maestro de ceremonias Joe Pupo de St. Thomas Aquinas Church en Alpharetta, el Obispo Luis Zarama camina bendiciendo con agua bendita a la congregaci—n. Foto de Michael Alexander

Seguido por el di‡cono y maestro de ceremonias Joe Pupo de St. Thomas Aquinas Church en Alpharetta, el Obispo Luis Zarama camina bendiciendo con agua bendita a la congregaci—n. Foto de Michael Alexander

La misión se desbordó el domingo 13 de septiembre con más de 1.000 asistentes, cuando el Obispo Luis R. Zarama celebró la misa de inauguración. Entre los co-celebrantes estuvieron Monseñor Frank McNamee, rector de la Catedral de Christ the King y el Padre Feiser Muñoz, vicario parroquial.

El Padre Muñoz, que dirige el Ministerio Hispano en la misión y la catedral, dijo que él y otros miembros de la misión fueron de puerta en puerta en la urbanización y también contactaron a muchos amigos y conocidos para invitarlos a la misa. Le complació ver que 10 miembros del personal de la catedral y algunos feligreses asistieron.

“Todo estuvo muy organizado, incluso con tanta gente,” dijo. “Ellos se lo tomaron muy en serio. Fue una experiencia maravillosa.… Toda la comunidad estuvo involucrada”.

El Padre Muñoz, oriundo de Colombia, dijo que la zona “está llena de latinos”. “Ahora que nos hemos mudado a Buford (Highway), estamos recibiendo gente nueva y sus vecinos. Muchos de ellos caminan. Se les puede ver caminando a misa cada domingo a las 9:30. Es como una ubicación clave… en el corazón de Buford”, dijo el sacerdote.

“El lugar es muy limpio, pero más importante aún, están agradecidos de que esta sea su comunidad”, dijo. “Hay un pequeño lugar en Buford Highway donde todo el mundo se siente bienvenido, niños o adultos, todo el mundo. No importa si eres de Colombia, Perú o El Salvador”.

La ubicación de Buford Highway ‘es providencia de Dios’

La Hermana Sagaseta, que estableció la misión de Lindbergh y se retiró de su posición como Directora del Ministerio Hispano de la catedral en el 2007, dijo que la ubicación es perfecta para llegarle a los muchos católicos que viven a lo largo de Buford Highway que se han alejado de la Iglesia o asisten a iglesias protestantes cercanas.

“Estoy muy feliz de eso. … De que pueda crecer”, dijo la hermana de 85 años de edad, ahora activa en el ministerio en Miami. “En esa zona todos los católicos eran un poco como ovejas sin pastor porque tenían dificultad para llegar a la parroquia de Immaculate Heart of Mary o a la catedral. Tener a la misión allí mismo es providencia de Dios”, dijo.

El Padre Feiser Mu–oz, vicario parroquial en Christ the King Mission, comparte algunas observaciones finales. El Padre Mu–oz desempe–— un papel importante en ayudar a trasladar la misi—n a su nueva sede en Buford Highway, detr‡s de Northeast Plaza. Foto de Michael Alexander

El Padre Feiser Mu–oz, vicario parroquial en Christ the King Mission, comparte algunas observaciones finales. El Padre Mu–oz desempe–— un papel importante en ayudar a trasladar la misi—n a su nueva sede en Buford Highway, detr‡s de Northeast Plaza. Foto de Michael Alexander

Después de trasladar inicialmente niños a la catedral, ella abrió la misión en 1992 en el edificio de Lindbergh que en ese entonces también era utilizado como guardería. Entusiastamente se acercó al rector, Monseñor Tom Kenny, con el fin de comenzar. La hermana dijo recordando “Mi pregunta fue, ¿usted pagará la renta? Él dijo, si tienes un buen programa el dinero vendrá”.

De manera que las cunas fueron retiradas de la sala de reuniones y la misa comenzó a celebrase los sábados para unas 75 personas. La misión también se llenó de bautizos, fiestas tradicionales de quinceañera y devociones a Nuestra Señora de Guadalupe.

En el 2007 el horario de la misa se cambió para el domingo a las 10:00 a.m. y la asistencia eventualmente creció a alrededor de 200 personas, aun cuando el espacio carecía de calefacción y aire acondicionado, y tenía agujeros de bala en las ventanas. Pero a medida que los problemas de seguridad fueron identificados y las condiciones deterioraron, Monseñor McNamee contactó a los Knights of Columbus y a finales de 2013 la misa se mudó a uno de sus salones en Buford Highway los domingos. La asistencia rápidamente se duplicó a más de 400 personas.

Después de reunirse allí por más de un año, la catedral firmó un contrato a largo plazo por el uso permanente del espacio en Northeast Plaza.

“Gracias a Dios todo salió bien,” dijo Monseñor McNamee. “La comunidad hispana tiene una maravillosa instalación para adorar. Esta instalación les da la oportunidad de crecer, y es de ellos y puede estar abierta los siete días de la semana; y les da la oportunidad de tener más programas, no sólo una escuela de religión parroquial. El Padre Feiser ha hecho un trabajo excepcional en reunir a la comunidad. Ha hecho que la comunidad tome posesión y pueda decir: esto es nuestro y tenemos una responsabilidad. Realmente ha  arrancado”.

“Todo es voluntario… Es hermoso ver eso”

El Padre Muñoz elogió a los miembros de la comunidad por su duro trabajo, y por sus habilidades en carpintería y construcción: uno construyó el altar de mármol y el sagrario mientras que otros crearon las aulas de clase, el área de recepción y la capilla, renovaron la cocina e instalaron las alfombras. Los voluntarios también limpiaron y aspiraron semanalmente.

“Estoy asombrado con las cosas que la gente puede hacer porque todos son voluntarios y no reciben pago alguno. Y es hermoso ver cómo dan lo que tienen. Me alegran el día. Si tengo que hacer algo y les pido que lo hagan, lo hacen con todo el amor que tienen“, dijo.

Alfonso Ju‡rez, nativo de MŽxico, se sienta en el altar que hizo para Christ the King Mission, el cual est‡ hecho de metal con una superficie de m‡rmol. Foto de Michael Alexander

Alfonso Ju‡rez, nativo de MŽxico, se sienta en el altar que hizo para Christ the King Mission, el cual est‡ hecho de metal con una superficie de m‡rmol. Foto de Michael Alexander

La comunidad oscila desde personas recién llegadas de pocos recursos hasta miembros ya establecidos desde hace mucho tiempo, y alrededor del 80 por ciento son mexicanos. La misión tiene ahora unos 35 ujieres, 40 ministros de Eucaristía y 325 niños y adultos en catequesis. Acaban de comprar 200 sillas adicionales para un total de 633.

“Me gusta ver que son felices en este entorno. La gente los recibe muy bien y van todos los días”, informó el Padre Muñoz.

Inicialmente el sacerdote planea agregar la adoración al Santísimo Sacramento, así como clases de alfabetización de inglés y español para inmigrantes, incluyendo aquellos que hablan lenguas indígenas.

“Pensamos que necesitan este tipo de ayuda. Una gran cantidad de personas que vienen a este país hablan español, pero no saben cómo escribirlo. Algunos ni siquiera hablan bien el español”, dijo.

María Petra Hernández, feligrés de la misión, da la bienvenida felizmente a los recién llegados junto al Padre Muñoz. Ella comenzó a asistir a la misión hace 18 años, después de mudarse a Georgia desde México, porque esa fue “la primera misa en español de la que supe” .

Ella presentó a sus tres hijos a la comunidad cuando tenían 40 días de nacidos, una tradición mexicana que reinterpreta cómo María y José presentaron al niño Jesús en el templo. Más tarde se casó en la iglesia y se comprometió a servir más completamente en ella. Sus hijos fueron confirmados en la misión y sirven en el altar. Dos de ellos asisten a Westminster Schools. Ella sirve como ministro de Eucaristía y lector, y ora con las familias en sus casas ante una imagen de la Virgen María.

“Muchas personas nos han dado apoyo. Es una manera de dar gracias al Señor”, dijo la Señora Hernández, que limpia casas y es niñera. “Tu fe crece más cuando eres madre porque le ofreces tus hijos al Señor, quien provee todo lo necesario”.

La Señora Hernandez aprecia el liderazgo del Padre Muñoz y su participación activa.

“El Padre Muñoz nos ha impulsado … Es un espacio muy grande y hay más oportunidades para la comunidad”, ella dijo. “Ver el crecimiento es increíble “.