OSV News photo/Enrique Garcia Medina, ReutersDuluth
Feligrés argentino recuerda profundo impacto de Papa Francisco
By NATALIA DURON | Published mayo 2, 2025 | Available In English
ATLANTA—Cristian Bustos, feligrés de la Iglesia de Santa Mónica en Duluth, se enteró del fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril temprano en la mañana.
“Mi corazón está devastado al saber que se ha ido”, compartió Bustos refiriéndose al difunto pontífice. “Nuestro amado Papa significó mucho para nosotros”.
Jorge Mario Bergoglio, quien nació en Buenos Aires y más adelante se convirtió en el Papa Francisco, fue el primer latinoamericano en liderar la Iglesia Católica. Para Bustos, quien nació en Mendoza, Argentina, el Pontífice no solo era un fuerte líder religioso, sino también un símbolo de orgullo nacional.
“Siempre estuve orgulloso de él”, indicó. “Como buen argentino, le encantaba el fútbol y el mate (té tradicional argentino). Incluso viajó con nosotros al Mundial de Qatar (teníamos una bandera con su rostro)”.
El impacto del Papa Francisco, señaló Bustos, fue profundo. Conocido por su compasión, preocupación por los pobres y enseñanzas contemporáneas, el Santo Padre fue un “hombre increíblemente humilde que tocó muchos corazones e hizo muchas cosas buenas por el mundo”, añadió el feligrés.
“Lo que hizo durante la Semana Santa, visitando a los enfermos y a los presos, salió de un corazón enorme”, dijo. “Algunas personas lo criticaron mucho, pero Dios es el que juzga, no uno”.
La fe es parte fundamental de la vida de Bustos. Asistió a La Sagrada Familia, una escuela primaria en Argentina, e incluso consideró el diaconado. Durante años, llevó puesto un rosario traído de Roma que el Papa había bendecido. El rosario, tan amado por Bustos, finalmente se reventó de tanto usarlo, admitió.
Aunque lleno de dolor, Bustos dijo que su fe permanece inquebrantable.
“Mi fe fue y siempre será católica”, dijo. “Gracias a Dios, me mantengo firme en la fe católica apostólica romana”.
En una misa en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, el Arzobispo Jorge García Cuerva lo llamó “el papa de todos” e instó a los argentinos a honrarlo buscando la unidad en una nación políticamente dividida.