Toda clase de periódicos se encuentra en todas partes frente a un trauma financiero importante. Algunos de los diarios más viejos y más venerados reconocen que el horizonte de los medios está cambiando mundialmente y están tratando de responder a este cambio. Muchos se han reducido y otros finalmente dejaron de publicarse. Ciudades que antes se jactaban de tener dos periódicos, ahora están ante la posibilidad de no tener ninguno. Y todo esto está ocurriendo al mismo tiempo en que las comunicaciones nunca han sido tan vitales, extensas, o valiosas. La prensa impresa puede estar yendo por el mismo camino del telégrafo; alguna vez fue también el método más avanzado de recibir mensajes transmitidos.

Los periódicos católicos, al igual que sus contrapartes seculares, están enfrentando el mismo problema que la prensa impresa en todos lados. Indudablemente las comunicaciones han hecho un cambio electrónico. Ahora la gente, incluso yo, lee rápidamente docenas de publicaciones de noticias diarias en línea. El Internet se ha convertido en el vehiculo de opción para las comunicaciones. El ciberespacio ha puesto a prueba a los periódicos impresos en tal forma que ahora representa una seria amenaza hasta para las editoriales más importantes. The Georgia Bulletin no es una excepción.

Una de las recomendaciones proporcionadas por el proceso de planificación estratégica es renovar la manera en que la Arquidiócesis de Atlanta se comunica con su gente. Estamos trabajando para desarrollar nuestra presencia de Internet en los hogares y en las oficinas de la gente. Esto nos tomará tiempo y requerirá algo de creatividad de concepción, y quizás mucha paciencia de vuestra parte. Queremos comenzar una transformación para que finalmente, en unos cinco años, el Georgia Bulletin se esté ofreciendo de forma totalmente electrónica en todos los hogares de esta Iglesia regional. Pero queremos movernos en esta dirección más bien en etapas y no de golpe puesto que algunas personas necesitarán tiempo para hacer los ajustes.

La gente joven no tendrá ningún problema en hacer tales cambios, y es probable que muchos de ellos ya estén recurriendo al Internet en busca de información sobre la Arquidiócesis de Atlanta. Sin embargo, entre nosotros hay personas que necesitarán moverse más lentamente; muchos no usan o ni si quiera tienen computadora.

A partir de este mes, The Georgia Bulletin comenzará a publicarse semana de por medio. Nuestro personal utilizará el tiempo extra para mejorar la presencia en la red Internet que irá incorporando cada vez más la información que enviamos. Se reducirá la cuota anual que se cobra a los fieles por The Georgia Bulletin ya que los costos de enviar el periódico por correo representan un costo significativo en una publicación semanal. Ya hemos comenzado a ofrecer anuncios publicitarios en línea para ayudar a cubrir los costos de esta nueva iniciativa.

La publicación por Internet nos permitirá hacer muchas cosas que la edición impresa simplemente no podía ofrecer. Podremos publicar información cuando esté disponible y no esperar a la edición semanal. Expandiremos ampliamente la capacidad de utilizar gráficos y fotografías. La información sobre acontecimientos regionales se podrá hacer más detallada y en el momento oportuno. Esperamos que la posibilidad de encuentros interactivos con la gente hará que nuestra publicación sea mucho más atractiva para nuestro personal, como así también para todos ustedes.

La Iglesia católica del norte de Georgia ha crecido enormemente durante estas últimas décadas. Necesitamos encontrar la manera de comunicarles los temas de fe y los desafíos morales que todos los católicos enfrentan en este momento en particular a través del mejor medio disponible. Sin duda, este medio es el espacio cibernético.

No enfrentamos estos desafíos solos. Hace una par de semanas atrás, cuando estaba en Phoenix en la convención de los Caballeros de Colón (Knights of Columbus), el arzobispo de otra diócesis importante me preguntó sobre nuestro periódico. Le comenté que estábamos examinando las recomendaciones del proceso de planificación y que éstas implicaban cambios en el Georgia Bulletin. Me preguntó si su personal podía hablar con el nuestro sobre lo que pensábamos hacer en el futuro porque ellos se estaban haciendo las mismas preguntas y enfrentaban los mismos desafíos. Le dije que con gusto se comunicarían para que ambas diócesis compartiesen lo que habían aprendido y lo que podían aprender una de la otra. Las presiones que sufren las publicaciones impresas son las mismas en todos lados, tanto en el mundo secular como en la Iglesia.