Justicia Para Todos: Pensamientos Por El 4 De Julio
Published julio 17, 2008 | Available In English
Queridos hermanos y hermanas:
Me da mucho gusto celebrar con ustedes la misa este fin de semana del cuatro de julio en el que todos en este país festejamos la independencia que dio inicio a esta nación.
El cuatro de julio es como el 16 de septiembre en México. El día de la independencia nacional es una buena ocasión para reconocer lo que es bueno y honorable en nuestros países.
El cuatro de julio es la celebración de la independencia de los Estados Unidos. En momentos como éste, la gente menciona lo que ha ocurrido en nuestra historia, y urge a los ciudadanos a vivir de acuerdo a los principios contenidos en nuestra Declaración de Independencia.
Nuestra declaración de independencia comienza diciendo que “todas las personas son creadas con igualdad.” De ahí que nuestras leyes afirman que ante Dios todas las personas son iguales, sin importar en que país nacieron, ni que idioma hablen. Las leyes americanas dicen que todos son iguales ante Dios.
Tristemente, nuestro país no ha vivido de acuerdo a lo que la ley dice. Por ejemplo, por mucho tiempo la gente de color no tuvo la libertad y la igualdad que tuvo la gente blanca.
Ustedes gente mexicana saben y sienten lo injusto y feo de la discriminación de los inmigrantes, quienes han sido llamados “enemigos” y “criminales.”
Yo soy inmigrante como la mayoría de ustedes. Yo también he sido llamado “enemigo” y yo no soy un criminal.
Yo estoy orgulloso de que nuestra iglesia Católica ha dado la cara por las minorías. Aquí en Georgia, la Iglesia Católica fue la primera organización en aceptar gente de color en sus escuelas, mientras que otras instituciones no lo hicieron.
En los últimos años, nuestros obispos han hablado repetidamente en favor de los inmigrantes. Los obispos han condenado las injusticias que se cometen en contra de ellos y han hecho presión por una solución en favor de una reforma migratoria.
En el año dos mil, nuestros obispos publicaron una carta pastoral llamada “Acogiendo al forastero entre nosotros, unidad en la diversidad.”
Esta carta nos urge a recibir al extranjero con amor. La carta nos dice que “debemos de tratar al prójimo como nos enseña Jesús; que debemos respetar la dignidad de todos … y aceptarnos el uno y el otro como Jesús lo haría.” La Iglesia ha escuchado el grito de sufrimiento y “nos llama a la solidaridad con los que sufren … es vivir esta enseñanza en una Iglesia unida. La Iglesia de este siglo será como siempre, una Iglesia de muchas culturas, idiomas y tradiciones, pero siempre una en el Padre, en el hijo, y en el Espíritu Santo.”
Esta carta nos dice claramente lo que tenemos que hacer. Nosotros los Católicos tenemos que ser como Jesús … no solo en palabra, sino también en hechos, como el lo hizo.
Tenemos que ayudar a los pobres.
Tenemos que recibir al extranjero.
Tenemos que seguir las enseñanzas de Jesús quien dice: “Traten a los demás como quieren que los demás los traten a ustedes.”
El Arzobispo Gregory escribió una carta pastoral acerca de las enseñanzas Católicas en materia de inmigración.
En esta carta pastoral él habla de la necesidad de una reforma a las leyes de inmigración.
Nuestros obispos Católicos han llamado a una reforma de inmigración y creemos que debe haber una póliza de inmigración que proteja la dignidad de los inmigrantes y de aquellos que buscan asilo.
Las enseñanzas católicas claramente reconocen que la dignidad de cada persona ha sido dada por Dios. Nosotros sabemos que cada uno debe respetar la dignidad de las demás personas.
Las enseñanzas católicas defienden la dignidad de todas las personas sin importar que sean blancos ó de color, latinos ó anglosajones, ricos ó pobres.
¡Que Dios bendiga a todos los que tratan de vivir de acuerdo a las enseñanzas de Cristo!
El padre John Kieran es el pastor del Iglesia de Santo Pius X en Conyers.